"Vamos a firmar un acuerdo para que venga la OTAN"
ENVIADO ESPECIALEl periodista Veton Surroi, director de Koha Ditore, el periódico albanés más influyente de Kosovo, se ha convertido en la figura independiente más destacada de la política kosovar. Por su prestigio personal y por no militar en ningún partido, aceptado por el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), Surroi participó en la reciente conferencia de Rambouillet para negociar la paz de la provincia serbia de mayoría albanesa. El negociador está convencido de que los kosovares firmarán el acuerdo de paz y de que el ELK aceptará entregar las armas bajo el paraguas de seguridad de la OTAN. También advierte de que la OTAN no puede jugarse su prestigio y acudir a Kosovo con un comando Mickey Mouse.
Surroi recibió al enviado de EL PAÍS en la redacción de su periódico en Pristina antes de que ayer trascendiera la voluntad del ELK de firmar el acuerdo de Rambouillet y habló en español, lengua que domina por haber vivido muchos años en América Latina. Su padre, que murió en un accidente de automóvil en España, era embajador en los tiempos en que los kosovares accedían a altos cargos en la antigua Yugoslavia.
Pregunta. ¿Se firmará, aunque el referéndum sobre la independencia no aparezca en los acuerdos?
Respuesta. Yo creo que ésa es una discusión doctrinaria. La cuestión es si la comunidad internacional reconoce el resultado del referéndum para determinar el status final de Kosovo. Es una falta de realismo proponer que tiene que aparecer la palabra referéndum y un reconocimiento automático de la independencia después. Sería como exigir la firma de un cheque en blanco. Lo que es necesario es que en el presente acuerdo, y en su cumplimiento, se creen condiciones para que las instituciones democráticas, el pueblo, tenga una voz fuerte en la determinación de su futuro.
P. ¿Aceptará el ELK que le quiten las armas?
R. El ELK tendrá que acomodarse a lo que la sociedad en su mayoría quiera. Habrá una minoría muy aislada que dirá "nosotros, nunca", etcétera. Estamos en un punto en el que hay dos movimientos psicológicos. El primero es el fin de la guerra, que es muy difícil de entender para gente que ha luchado un año y todavía no ha vaciado el ímpetu de la guerra. El segundo es que la gente tiene que asumir la idea de que el paraguas de seguridad es de la OTAN y no de fuerzas insurgentes, los serbios u otros. Aquí tiene que aclararse hasta el final la cuestión de la OTAN.
P. ¿Está usted convencido de que la OTAN desplegará sus tropas?
R. Nosotros vamos a firmar un acuerdo que dice claramente que la OTAN va a estar aquí. Ahora, si la OTAN quiere arriesgar su credibilidad, es otra cuestión. Si se pone un comando Mickey Mouse, es cuestión de la OTAN.
P. ¿Sería un comando Mickey Mouse si entrara bajo la forma de cascos azules de la ONU o de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa?
R. No lo sé, pero es una cuestión de principio. La OTAN o es o no es OTAN. Puede requerir un respaldo político internacional, pero no puede estar bajo la dirección política o militar de ningún otro organismo internacional.
P. ¿Cómo puede Slobodan Milosevic salvar la cara?
R. Milosevic es un maestro en salvar la cara. Yo siempre he dicho que, si estuviésemos hoy ante la cuestión de la independencia, aparecería por la noche en el telediario y diría que éste ha sido un gran éxito de la política de Serbia, haber establecido relaciones diplomáticas con Kosovo. Es un gran manipulador, y no hay que dudar de eso. Lo que sí creo que está pasando es que Milosevic todavía no ve a la comunidad internacional en una posición seria de enfrentarse con él, y quiere concesiones, no necesariamente aquí, sino que tienen que ver con su habilidad para mantenerse en el poder. Esas concesiones están vinculadas a las sanciones económicas.
P. La guerra sigue, a pesar de Rambouillet. ¿Cómo se explica esto?
R. Es simple: no hay una fuerza que pare la guerra. La OTAN, que podría ser el factor que pare la guerra, ha dicho que va a cerrar los ojos ante lo que está pasando, en espera de que el 15 se entre en una nueva fase de negociaciones y la presión de la fuerza se pueda ejercer en las negociaciones y no en parar el fuego hoy para tenerlo otra vez mañana.
P. Tengo la sensación estos días aquí de que los serbios muestran cierta paciencia y no responden a provocaciones. Les matan policías, y hace un año, si les mataban cuatro policías, daban una respuesta masiva. Ahora parecen contenidos.
R. Están concentrados en posiciones estratégicas. Lo que pasa ahora, y todos cierran los ojos ante eso, es la limpieza étnica de la región fronteriza con Macedonia. Creo que en una semana no habrá albaneses en una región de cinco kilómetros en la frontera.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.