Intel pacta con el Gobierno de EE UU para evitar un juicio por monopolio
Salvo sorpresas, no habrá juicio contra Intel por presuntas prácticas monopolistas. El proceso contra el principal fabricante mundial de microprocesadores se ha evitado en el último momento merced a un acuerdo presentado ayer por los abogados de las dos partes, sujeto a la aprobación de la Comisión Federal de Mercado. El Gobierno de EE UU había acusado a Intel de tácticas ilegales que incluían amenazas a empresas pequeñas para hacerse con sus innovaciones tecnológicas.
Apenas 24 horas antes de que comenzara el juicio, los abogados de la Comisión Federal de Mercado (FTC) y de Intel presentaron una moción conjunta con los términos de un acuerdo que, casi con toda seguridad, evitará el proceso contra la compañía. Un portavoz de la empresa confirmó el acuerdo, pero no sus contenidos, ya que la ley prohíbe desvelar los términos del pacto hasta que éste haya sido aprobado por la FTC.Craig Barrett, presidente de Intel, aseguró, en un comunicado, que el acuerdo "es una victoria para las dos partes". Según Barrett, el compromiso se ha alcanzado gracias a un diálogo constructivo que reconoce a Intel "el valor de sus derechos de propiedad intelectual".
William Baer, director de la Oficina de la Competencia de la FTC, dejó abierta la puerta a "futuras investigaciones" de su departamento sobre las actividades de Intel, aunque aclaró que el acuerdo resuelve el litigio por el que hoy debería comenzar en Washington el juicio contra la compañía que fabrica los microprocesadores Pentium. Intel es la principal empresa fabricante de microprocesadores para ordenadores personales, con 26.200 millones de dólares en ventas el año pasado (en torno a cuatro billones de pesetas, 24.000 millones de euros).
Según las acusaciones, Intel impidió a las compañías Digital Equipment, Intergraph y Compaq el acceso a informes técnicos sobre los microprocesadores que entonces estaba desarrollando (los Pentium II); de esta forma, según la FTC, extorsionaba a las empresas para conseguir que le entregasen o le cediesen los derechos sobre nuevas tecnologías que cada una estaba desarrollando por separado.
En las alegaciones presentadas la pasada semana, el Gobierno de EE UU aseguraba que el comportamiento de Intel "es un claro ejercicio del poder del monopolio para achantar a la competencia y conseguir que le ceda derechos de propiedad intelectual".
Intel reconocía que se comportó de esa forma con las tres empresas, pero aseguraba que no violó ninguna ley ni ninguna norma administrativa.
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