Los verdes alemanes cierran un congreso centrado en la reforma del partido
Los verdes alemanes, reunidos durante el fin de semana en la ciudad de Erfurt (este del país), cerraron ayer su congreso sin definir la estrategia que seguirán para frenar la erosión de su electorado, concretamente los jóvenes, justo un mes después de la importante derrota sufrida en el Estado federal de Hesse (centro-oeste) y cuando hace más de cuatro meses que entraron a formar parte del Gobierno de Gerhard Schröder.El congreso, oficialmente dedicado a la preparación de las elecciones europeas del próximo 13 de junio, ha estado, sin embargo, centrado en el enfrentamiento entre los líderes del partido en temas que han provocado desilusión entre las filas de la organización. Entre tan polémicos asuntos, la posibilidad de no poder poner fin dentro del plazo establecido a la energía nuclear y sus residuos o la concesión de la nacionalidad alemana a los extranjeros. El programa electoral para las elecciones europeas, elaborado el pasado mes de diciembre durante un Congreso en Leipzig (al este), fue adoptado ayer por una amplia mayoría y como un simple trámite.
Dando la espalda de forma deliberada a sus proyectos más radicales anunciados hace apenas un año (salida de Alemania de la OTAN o triplicar el precio de la gasolina en diez años), y que hicieron que los electores les votaran en masa, los verdes se limitan ahora prudentemente de cara a la cita del próximo junio a los grandes principios: la paz, los derechos del hombre y la protección del medio ambiente.
Reforma del partido
La cabeza de lista, Heide Ruehle, de 51 años, fue designada candidata el viernes por la noche y la elección de otros candidatos se fue desarrollando a lo largo de todo el congreso. El sábado, la tradicional división entre realos (realistas), corriente encabezada por el jefe de la diplomacia alemana, Joschka Fischer, y los fundis (fundamentalistas), del ministro de Medio Ambiente, Juergen Trittin, fue relegada a un segundo plano, anteponiéndose el debate recurrente sobre la necesidad de un proyecto de reforma de las estructuras del partido heredadas del movimiento pacifista y ecologista de los años setenta.El proyecto pretende organizar a los verdes como cualquier otro partido, con un presidente y algunos vicepresidentes en lugar de la actual presidencia bicéfala. Los partidarios de esta reforma son Fischer, Trittin y Rezzo Schlauch, copresidente del grupo parlamentario en el Bundestag (Cámara baja del Parlamento).
Frente a ellos, numerosas mujeres se oponen al proyecto. Desde la realo y copresidente Gunda Roestel hasta su homóloga la fundi Antje Radcke han juzgado inoportuna tal reforma del partido. Ambas son apoyadas por Kerstin Mueller, otra de las copresidentas del grupo parlamentario. Esta última hizo uso de la palabra para criticar el debate lanzado por Fischer: "A los electores no les preocupa nuestras estructuras, sino nuestro programa, y estamos perdiendo nuestra credibilidad ante ellos".
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