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Arenas se reserva el papel de escudo del PP ante las denuncias de corrupción del PSOE

El secretario general del PP, Javier Arenas, exigió ayer a los dirigentes populares con responsabilidades de gobierno (alcaldes, concejales, consejeros, ministros) que no entren en polémica con los socialistas en esta precampaña electoral hasta los comicios de junio. Arenas tomó la iniciativa y se reservó "para el partido" esa función de escudo ante los ataques que recibirán del PSOE. Arenas, además, llamó ayer "inquisidor frustrado" al candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, José Borrell. Los socialistas, por su parte, no cejarán en su denuncia de los "goterones" de corrupción que le han salido al PP por muchos puntos de España aunque especializarán para ese cometido a su secretario general, Joaquín Almunia.

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"Los alcaldes y el Gobierno van a seguir gobernando. Le corresponde al partido entrar en campaña", anunció ayer en Sevilla Javier Arenas, en el acto de proclamación de Soledad Becerril como candidata del PP a la alcaldía de esta ciudad.Javier Arenas arremetió a continuación de nuevo contra el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, José Borrell, a quien llamó "inquisidor frustrado" por unas declaraciones en las que éste había afirmado el sábado que mientras José Piqué continúe como ministro José María Aznar no podrá "volver a pronunciar la palabra ética". El secretario general popular se revolvió contra el aspirante socialista y apreció una "conducta extraordinariamente machista" en que Borrell sacara a relucir unas antiguas declaraciones de Aznar en las que éste confesaba que su ideal femenino era "la mujer-mujer" o en que limitara la presencia de la esposa de Piqué en la sociedad familiar Loreto Consulting únicamente para cobrar.

En ese contexto, Arenas también estimó que Borrell había imputado de un delito "al excelente" Piqué, por lo que pidió a los socialistas una reflexión: "El PSOE tiene que pensar si tiene un candidato a la presidencia del Gobierno o un inquisidor frustrado". El actual número dos del PP, como se autocalificó Arenas ante un militante que le subió al primer puesto del escalafón del partido, aseguró que el PSOE está "radicalizando la vida social y política" y afirmó que "no es de recibo" que en tres años de oposición no haya presentado "ni una propuesta ni una alternativa".

Flanco débil

El PSOE, pese a esta acusación recurrente del PP en las últimas semanas, no piensa soltar el cebo y flanco débil que cree haber descubierto en las filas del Gobierno de José María Aznar. La Ejecutiva Federal socialista abordará en profundidad hoy este asunto y fijará su estrategia para contrarrestar primero la acusación de que nunca ofrece alternativas. Luego, la dirección socialista ratificará su decisión de machacar con tantas denuncias de casos de corrupción que afecten al PP como lleguen a su conocimiento.En esta estrategia, el PSOE moverá dos peones perfectamente sincronizados pero con labores diferentes. Este mismo miércoles, el candidato José Borrell preguntará al Gobierno por su falta de posición ante la negociación en Bruselas de la Agenda 2000. El Gobierno tiene la intención de que sea el ministro de Exteriores, Abel Matutes, y no Aznar, el que responda a esa interpelación. A Borrell le da igual quien le replique, quiere demostrar que sus preocupaciones tienen el nivel de un candidato a La Moncloa.

Para contraatacar al PP se han destinado a otros portavoces. El primero Joaquín Almunia, secretario general socialista, que ya el sábado destinó gran parte de su discurso en ese sentido, y así lo seguirá haciendo en el futuro, aunque con ello se imposibilite la vía de diálogo que Javier Arenas pretendía abrir con él.

El PSOE multiplicará sus portavoces de los escándalos que afecten al PP sin necesidad de contratar a ninguna empresa privada que investigue el patrimonio y los bienes de sus cargos electos, como denunció este partido la pasada semana. "No nos hace falta, tan sólo con las denuncias en marcha interpuestas por los sindicatos y con los testimonios de sus propios críticos ya tenemos suficiente", relató un dirigente de la ejecutiva socialista.

Ayer mismo, el presidente andaluz, el socialista Manuel Chaves, comentó que la famosa "lluvia fina" de la que presume Aznar para hacer calar su política se está convirtiendo ya "en goterones de corrupción que están manchando al PP por toda la geografía española".

Otro miembro de la ejecutiva del PSOE, Alfonso Perales, acusó al Partido Popular de intentar "amedrentar" y "amenazar" a los socialistas con querellas y les adelantó que jamás les callarán. El portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó como un "sarcasmo que Arenas nos regañe por hacernos eco de unas denuncias que están surgiendo en Albacete, Zamora, Tenerife, Murcia o Galicia y en las que los protagonistas son siempre del PP y no socialistas".

El PP, por su parte, insiste en atribuir esta campaña a una "cacería" orquestada electoralmente por el PSOE. Su portavoz oficial, Rafael Hernando, instó a los socialistas, en el caso que afecta a Piqué, a acudir a los tribunales "si tuvieran dignidad". Tildó como "miserable" a Borrell por formular acusaciones contra el ministro portavoz mientras él "amparó en el Congreso de los Diputados a los comisionistas del AVE".

Y tuvo palabras muy duras contra Almunia, al que reprochó haber dicho que "algo huele a podrido donde el PP gobierna" mientras él está en un partido que "durante años ha estado refocilándose en la basura de las filesas, la Expo, el robo de los fondos reservados, los gales, los roldanes y todo tipo de golfadas".

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