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FÓRMULA 1 GRAN PREMIO DE AUSTRALIA

De la Rosa arranca con éxito

Pedro termina sexto y puntúa en la carrera de su estreno en la F-1, mientras que Marc Gené tuvo que abandonar

Ni Michael Schumacher, ni Ayrton Senna, ni Emerson Fittipaldi. Ninguna de estas leyendas del automovilismo consiguió en su momento lo que sí hizo ayer Pedro Martínez de la Rosa: puntuar el día del estreno en la fórmula uno."¡Una pasada!", como exclamó el piloto catalán después de clasificarse sexto en el Gran Premio de Australia, el primero de su vida, e inaugurar así su cuenta en el Mundial. De entrada, de forma inesperada, se hizo un hueco en el exhaustivo libro de efemérides de la F-1.

En la década de los 90 sólo Jacques Villeneuve, campeón del mundo en 1997, y el vencedor de la carrera de ayer, Eddie Irvine, habían logrado semejante éxito. Y sólo un piloto en los 50 años de campeonato del mundo de F-1 logró la victoria en su debut: fue el italiano Giancarlo Baghetti en 1961.

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"No me lo esperaba", reconoció De la Rosa, que acaba de cumplir 28 años. Llevaba un año y medio sin competir, pues durante 1998 desempeñó el papel de piloto de pruebas para la escudería Jordan y no disputó ni una sola carrera.

El hogar de los Martínez de la Rosa en Cardedeu (Barcelona) vivió otra madrugada de festejo. No era la primera, porque los mejores triunfos del piloto de la casa se produjeron en categorías inferiores en Japón, durante 1996 y 97, siempre con diferencia horaria incluida.

Esta vez, sin embargo, todo fue diferente. Sus padres y hermanos no tuvieron que estar pendientes del teléfono, porque la carrera de Pedro la ofrecieron en directo tres cadenas de televisión (Canal Satélite Digital, TV3 y TVE). Y desde el principio comprobaron que podía ser un día grande.

De la Rosa realizó una carrera sin fallos, y por eso tuvo premio. Su curriculo refleja que antes de llegar a la élite ha ganado una de cada cuatro carreras que ha corrido, y su calidad volvió a quedar reflejada sobre el asfalto del circuito Albert Park, en Melbourne. No le afectó la presión del debut, ni los numerosos incidentes que se produjeron, ni la aparición del coche de seguridad en dos ocasiones. Tampoco se puso nervioso cuando tuvo en el retrovisor la silueta roja del Ferrari de Schumacher, que remontaba después de un problema en la salida.

Pedro no puso oposición al adelantamiento del piloto alemán, y después se pegó a su estela. Al final, sin embargo, Schumacher fue uno de los que se clasificaron por detrás del Arrows número 14 con los colores de Repsol, ya que pinchó y volvió a retrasarse.

Ajeno a los numerosos problemas y errores ajenos, De la Rosa protagonizó una estrategia perfecta, con dos paradas para repostar combustible y cambiar neumáticos -la mayoría de rivales se detuvo sólo una vez-. Así pudo batir a su compañero de equipo, el japonés Tora Takagi, que terminó séptimo aunque cuenta con mucha más experiencia que el español.

Después de mejorar continuamente su posición, Pedro llegó a estar cuarto a sólo 11 segundos de la cabeza. Pero bajó hasta el sexto lugar después de su segundo repostaje. Al final, en las últimas diez vueltas, tuvo que cuidar su motor para ser uno de los ocho coches, sobre 22 que estaban clasificados para la carrera, que cruzaron bajo la bandera a cuadros. El vencedor, Irvine, le sacó 1m24s.

Con su éxito de ayer, De la Rosa se convierte en el cuarto piloto español que puntúa en la F-1. Antes lo hicieron Francisco Godia (4º en Alemania e Italia en 1956), Alfonso de Portago (2º en Inglaterra en 1956 y 5º en Argentina en 1957) y Luis Pérez Sala (6º en Inglaterra en 1989).

La jornada de Marc Gené fue menos lúcida que la de su colega. Estuvo en carrera durante 25 vueltas, cumpliendosu objetivo de acumular kilómetros de aprendizaje sin cometer errores. No obstante, cuando rodaba en 12ª posición fue embestido por detrás por el italiano Jarno Trulli (Prost), que intentaba adelantarle, y allí acabó su primera experiencia en la F-1. El protagonismo español quedó esta vez en manos de Pedro de la Rosa.

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