China robó y utilizó secretos nucleares de EEUU
China, a través de un agente introducido en el laboratorio de Los Álamos, en Nuevo México, robó a mediados de los ochenta el secreto de la fabricación de la nueva generación de armas nucleares, según informó ayer The New York Times. El Gobierno de Bill Clinton fue informado en 1997 del asunto, considerado por los servicios de inteligencia como el más grave caso de espionaje internacional de nuestro tiempo. Pero echó tierra para no perturbar su objetivo de mejorar las relaciones con el gigante asiático y de establecer con él una alianza estratégica para el siglo XXI. El secreto robado por los chinos fue el de la miniaturización de las bombas nucleares, que permite colocar en un mismo misil balístico varias cabezas nucleares que pueden ser dirigidas a objetivos diferentes. El espionaje norteamericano empezó a darse cuenta en 1995, cuando al analizar el moderno arsenal de Pekín se percató de que disponía de cabezas nucleares en miniatura muy semejantes a las norteamericanas más avanzadas, las W-88.Una investigación posterior descubrió que Pekín se había hecho con esta tecnología a partir de una fuente del laboratorio nacional de Los Álamos, donde en los años cuarenta se desarrolló el Proyecto Manhattan que condujo a la fabricación de la primera bomba atómica y donde EEUU sigue desarrollando parte de su potencia nuclear. El presunto traidor, alguien que trabaja en Los Álamos, fue identificado, aunque jamás ha sido detenido. La reacción de Clinton fue mejorar la seguridad en los laboratorios nucleares y no darle publicidad al incidente.
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