Otra batalla entre familias socialistas impide el acuerdo sobre la candidatura
Acuerdo por arriba, desacuerdo por abajo. Las distintas familias socialistas madrileñas impidieron ayer la consecución de un pacto definitivo sobre la composición de las listas de candidatos del PSOE al Ayuntamiento de Madrid. Sólo queda la jornada de hoy para alcanzar reglamentariamente el acuerdo, pero ayer aún no se vislumbraba atisbo alguno de solución. Y todo ello pese a que Fernando Morán, candidato a la alcaldía, y Jaime Lissavetzky, secretario general de la Federación Socialista Madrileña, están conformes globalmente con el marco negociador y con las cuotas para cada corriente. No hay pugna de ideas; la pugna es únicamente por los puestos.Ésta es la manzana de la discordia. Guerristas, renovadores, Izquierda Socialista y renovadores por la base quieren situar a sus hombres y mujeres entre los 20 primeros puestos, aquellos que cuentan con mayores posibilidades de resultar elegidos concejales en las elecciones municipales del 13 de junio. Sus desavenencias alejan cada vez más el consenso entre unos y otros, con el agravante de que Fernando Morán, que pugnaba por contar con un núcleo de confianza, ha considerado finalizada su beligerancia.
La reunión de ayer se celebró entre dos miembros de la familia guerrista, Jorge Gómez y Fernando Abad; dos renovadores, Virgilio Cano y Manuel García-Hierro, y los renovadores por la base José Luis Balbás e Ignacio Díez. También asistió José Manuel Franco, jefe de la oficina electoral de Fernando Morán.
Duró desde las dos de la tarde hasta pasadas las ocho de la noche, con una interrupción a media tarde. En principio se barajan seis puestos para los guerristas, cinco para los renovadores, uno para Izquierda Socialista, otro para los renovadores por la base, dos para Nueva Iquierda, más Cristina Narbona, Matilde Fernández, Carlos López Riaño, Felipe Carballo y Silvia Escobar, que se le atribuyen a Morán como su núcleo de confianza. El candidato habría admitido de hecho que Joaquín Vida y Lala Blanco ocupen puestos por debajo del vigésimo. Cristina Narbona ocupará el número dos. Salvo esta posición y la de Morán, ni siquiera Matilde Fernández tenía ayer seguro su puesto.
Guerristas y renovadores persiguen una lista que goce de apoyo total en las agrupaciones
El reiterado desacuerdo en las filas socialistas a la hora de confeccionar la lista de candidatos que integrarán la oferta del PSOE para el Ayuntamiento de Madrid dibujaba ayer una mezcla de fastidio y hastío en los rostros de algunos militantes en la sede de la Federación Socialista Madrileña, en la calle de Santa Engracia.Pese a haber sido sorteado ya el que parecía ser el principal escollo -la exigencia de Fernando Morán de contar con un núcleo de mayor confianza dentro de los puestos de salida-, la posición en el listado de los candidatos de las distintas corrientes emergía ayer como un problema aún más difícil de resolver.
José Manuel Franco, jefe de la oficina de Fernando Morán,presente en las conversaciones, explicó la controversia: "El número de variables a tener en cuenta es tan elevado y el perfeccionismo que persiguen las familias es tan estricto, que hoy ha resultado imposible aunar las voluntades y conseguir el consenso".
A su juicio, "Morán ya ha dado muestras de flexibilidad: hay preacuerdo en los porcentajes. Pero la combinación de la atención a la democracia paritaria, el respeto al número de mujeres y de hombres en la lista, el orden a ocupar por cada candidato y el deseo de que el resultado pactado adquiera el refrendo del ciento por ciento de las agrupaciones socialistas", señaló, "dibuja un panorama maximalista difícilmente superable".
"Esto nos pasa por desarrollar democráticamente el debate en nuestras filas", comentaba un cuadro socialista. "Estoy seguro", continuaba, "que en las filas del PP no hay debates como el nuestro, porque todo se hace a golpe de cornetín", añadió, "pero estoy convencido de que saldremos fortalecidos del trance".
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