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El FMI cierra el pacto que permitirá a Brasil recibir 6,22 billones en créditos

Brasil y el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciaron anoche un acuerdo por el que el país latinoamericano podrá recibir créditos por un total de 41.500 millones de dólares (36.520 millones de euros o 6,22 billones de pesetas). La inminencia del pacto había provocado una recuperación del real, de 2,08 a 1,90 por dólar. La noticia llegó a última hora y sin detalles, que según las partes, serán revelados definitivamente el lunes próximo. Brasilia espera ya el segundo tramo de 9.000 millones de dólares (7.900 millones de euros).

El anuncio del nuevo acuerdo de principio entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Brasil para la reanudación de los desembolsos del plan de ayuda era esperado para última hora de ayer y la previsión se cumplió casi con puntualidad. Sin embargo, el comunicado oficial no dio detalles. Éstos serán informados el próximo lunes según el comunicado oficial. Sólo se sabe que durante el fin de semana ambas partes revisarán el acuerdo y que Michel Camdessus, director del FMI, recomendará al directorio del organismo que apruebe el acuerdo.Los detalles que se esperaban son básicamente sobre cuatro puntos para la recuperación del país. Brasil había modificado sus posiciones y lo que faltaba por conocerse era si el FMI ha aceptado estos puntos como se han venido anunciando uno a uno durante el último mes o si ha forzado alguna variación para finalmente aprobar el restablecimiento de las ayudas.

Las cuatro tareas

Primero, el FMI quería asegurarse que Brasil cerrará el año con un superávit primario (ingresos del Estado menos gastos, exceptuados los intereses de la deuda) del 3,2%, superior al inicialmente previsto del 2,6% del PIB. Para cumplir este objetivo, el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso anunció nuevos recortes en el Presupuesto.En enero, Brasil había recortado 8.000 millones de dólares (7.040 millones de euros) de su presupuesto para 1999. Con esta reducción, quedó fijado en 250.800 millones de euros. Ahora, para cumplir el nuevo techo del FMI, Brasil recortará otros 2.000 millones de dólares.

Además, en un nuevo esfuerzo para demostrar al FMI que podrá cumplir sus exigencias, el Gobierno también anunció un aumento del 50% de los impuestos sobre operaciones financieras (que alcanzan directamente al consumidor a través de préstamos bancarios y compras con tarjetas de crédito) y drásticas modificaciones en el régimen del funcionariado público (supresión de mejoras, gratificaciones y promociones y suspensión de nuevas contrataciones).

Segundo, las tasas de interés. Para ello, el gobernador del banco central de Brasil, Arminio Fraga Neto, decidió el jueves elevar del 39% al 45% los tipos de interés diarios en el mercado interbancario.

Tercero, la meta de inflación. Brasil había calculado su política macroeconómica basándose en una inflación anual que no superaría el 10% para finales de año. El FMI rechazó este cálculo del Gobierno brasileño y, aunque aún no ha sido confirmado, ha forzado a Brasil a recalcular su política teniendo en cuenta que la inflación para finales de año será al menos de un 15% interanual.

Los acreedores privados de Brasil incluso pedían que ese nuevo cálculo se hiciera sobre la base de una inflación que se acercará mucho al 20% interanual.

Y cuarto, establecer una política de cambio para que el banco central sepa lo que debe hacer ante una fuerte apreciación del dólar frente al real. Respecto a este punto, Fraga anunció ayer mismo nuevas medidas para reducir la depreciación del real.

Declaró que se había renegociado el anterior acuerdo con el FMI por el que el emisor no podía hacer uso de sus reservas para intervenir en el mercado cambiario. Según los términos iniciales, para intervenir en el mercado cambiario Brasil sólo podía utilizar sus propias reservas de 26.000 millones de dólares (sin incluir la ayuda internacional), pero no podía permitir que las reservas cayeran a menos de 20.000 millones de dólares.

Según el nuevo acuerdo, esta cláusula fue eliminada y el Gobierno ya puede utilizar los recursos internacionales para atender la demanda interna de divisas cuando el país "esté con las fuentes de crédito externo parcialmente cerradas".

Los anuncios de Fraga fueron suficientes para tranquilizar al mercado y promover una rápida apreciación del real. El dólar, que el jueves cerró a 2,08 reales tras haber abierto a 2,13, volvió a ceder ayer ante la divisa brasileña para cotizar a 2,06 reales a la apertura y llegar a 1,99. En el mercado paralelo, el dólar cerró el jueves a 2,10 reales y ayer se negoció a 1,89 en las casas de cambio de São Paulo.

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