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EXCURSIÓN

PARQUE NATURAL DE DESPEÑAPERROS Naturaleza rupestre

La acción del hombre apenas ha alterado el conjunto natural que rodea Aldeaquemada. Junto a ella pasan miles de coches a través de la autovía de Andalucía, a su paso por la provincia de Jaén, pero en esta localidad, que no llega a los 700 habitantes, ese ruido y esa velocidad se transfiguran en todo lo contrario. Hasta tal punto se ha alterado poco el entorno, que todavía pueden verse en escenarios naturales muestras de arte rupestre. Un paseo a pie desde Aldeaquemada puede llevar a descubrir conjuntos como el de La Tabla de Pochico, un yacimiento que dista tan sólo dos kilómetros del núcleo urbano. El camino se hace a través de un entorno natural rico en bosques de encinas mezclados con alcornoques o pinos carrascos. El yacimiento cuenta con un conjunto en el que se ven fundamentalmente cérvidos, aunque también aparece alguna cabra. Están divididos en dos grupos diferenciados. El paseante que se adentre por estos parajes y pretenda disfrutar el arte rupestre de la zona tiene que ir con el ojo atento. Debe prestar atención a las paredes para poder encontrar en ellas las pequeñas figuras que surgen en plena sierra. El buen observador hallará rápidamente las huellas de una sociedad prehistórica postpaleolítica. Los dibujos que han quedado, como los de La Tabla de Pochico, mantienen la representación de la vida en la naturaleza, escenas de caza sugeridas en apenas una treintena de centímetros en muchos de los casos. Estas figuras fueron descubiertas hace muy poco tiempo. No ha transcurrido ni tan siquiera un siglo. Las encontraron en mitad de la sierra de entrada a Andalucía en 1914 y un año más tarde se recogían en la obra El arte rupestre en España, que escribió Juan Cabre. Los ojos que hasta entonces habían visto estas pequeñas pinturas sobre las paredes de la sierra no dejaron constancia escrita de su existencia. Las respetaron -probablemente se limitaron a observarlas-, aunque ya a comienzos de este siglo unos pastores de Aldeaquemada empezaron a hablar de todas las pinturas de la zona, que sorprendieron al mundo de la ciencia por su elevada cantidad. Cerca de una treintena están controladas, pero el descubrimiento humano en pleno siglo XX está empezando a suponer perjuicios para las obras. No faltan los expoliadores que han acudido hasta la zona para arrancarlas. Hay conjuntos escondidos en cuevas, pero la mayoría se encuentra a la vista, en monte abierto. Hasta ahora la despoblación ha favorecido la conservación. Además, el Parque Natural de Despeñaperros es uno de los más desconocidos, a pesar de ser de los más transitados precisamente por configurar la puerta de entrada y salida de Andalucía hacia la meseta. Fuera de los límites del parque se encuentra el paraje de La Cimbarra, con cascadas de agua transparente que saltan desde desfiladeros naturales y llegan hasta la llanura por un tranquilo caudal que se convierte en verde con el reflejo de la vegetación del entorno. Junto a este sorprendente paisaje asoman otra vez restos de arte rupestre. Son once grupos diferentes en los que aparecen figuras humanas y símbolos que no se han descifrado aún. Los autores de estos dibujos utilizaron desde líneas finísimas para establecer los contornos hasta otros trazos más gruesos. Hay estilos diferenciados, el levantino y el esquemático. De los dos hay representación en Aldeaquemada y en su entorno. En Santa Elena se encuentran las valiosas pinturas del interior de la cueva de los Muñecos, que se encuentran en un entorno natural perfecto para el caminante, que se puede encontrar en el Collado de los Jardines un auténtico santuario ibérico. Datos de interés El acceso a Aldeaquemada se realiza directamente desde la Autovía de Andalucía. La Tabla de Pochico se encuentra en el margen derecho del río Guarrizas, a dos kilómetros al suroeste de Aldeaquemada. Oficina de información municipal: 953 66 90 03.

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