Marsella lamenta el gol de Mostovoi y considera "decepcionante" el resultado ante el Celta
La prensa francesa coincidió ayer con los futbolistas del Olímpico de Marsella en lamentar la ocasión perdida por el equipo para golear a un Celta que había cosechado grandes elogios entre la crítica local, pero que actuó en el estadio Velódromo por debajo de sus posibilidades. A pesar de la victoria del club de la Provenza (2-1), el gol de Mostovoi deja a los gallegos en una situación relativamente cómoda para resolver la eliminatoria en Balaídos dentro de quince días. "Ha sido decepcionante", reconoció Pires, una de las estrellas locales. "Debimos haber logrado una ventaja más amplia", afirmó el ex barcelonista Blanc, "éste es un buen resultado para el Celta".La afición de Marsella dejó boquiabiertos a los 2.000 aficionados gallegos desplazados a Francia y a los futbolistas del Celta cuando, nada más comenzar el partido, desplegó una enorme pancarta con el dibujo de un soldado del ejército federal estadounidense montado a caballo y la leyenda: "L"enfer du Vélodrome" (El infierno del Velódromo). Fuese por la presión ambiental o por las precauciones tácticas de los celestes, lo cierto es que el conjunto de Víctor Fernández completó en la primera parte una de las actuaciones más flojas de los últimos tiempos.
Dos remates al palo y un error de Ravanelli ante Dutruel, sólo un minuto después de que Maurice hubiese adelantado al Marsella, situaron al Celta al borde del precipicio. Los gallegos reaccionaron en la segunda parte, el partido se equilibró, Mostovoi marcó en un error del portero y los de Víctor tuvieron la entereza de no descomponerse ante la rápida reacción del Marsella, que volvió a ponerse por delante sólo cuatro minutos después del empate gallego.
Tras el partido, los célticos eludieron la autocrítica, pero sus rostros de satisfacción eran la mejor prueba de que el resultado estuvo por encima de la actuación del equipo. El Celta salió a enfriar el partido, especular con el balón y confiar su suerte al contragolpe.
Nunca lo había hecho en toda la temporada y la apuesta fracasó. El equipo se quedó sin la pelota, Mazinho naufragó clamorosamente y el despliegue atacante del Celta fue lento y falto de efectivos. En ese aspecto, los vigueses echaron mucho de menos a Makelele, un futbolista que, paradojas del juego, el año pasado era suplente en el Marsella.
Los franceses atacaron siempre por impulsos, en un acoso sin demasiada continuidad, pero confirmaron su contundencia en los metros finales.
En los otros encuentros de cuartos de final, el Bolonia goleó al Lyon (3-0) y el Girondins derrotó por 2-1 al Parma.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.