Aznar asegura que el problema financiero de la UE son los países que pagan menos de lo que debieran
El presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró ayer que las negociaciones sobre las perspectivas financieras de la Unión Europea (Agenda 2000) están "estancadas", y no por culpa del Fondo de Cohesión, sino porque hay "países que no pagan lo que deben". Ante la mirada comprensiva del primer ministro finlandés, Paavo Lipponen, que dio, sin embargo, un apoyo vago a los planteamientos españoles, Aznar reiteró rotundo: "La solución no puede descansar donde no está el problema. Y el Fondo de Cohesión no es el problema ni por asomo".
El presidente del Gobierno español intentó desterrar, en la conferencia de prensa final de su visita oficial de 24 horas a Finlandia, la imagen de que España, como país que más se beneficia de los presupuestos europeos, es un obstáculo para alcanzar un acuerdo en la reforma que está en marcha."España supone el 7% del PIB comunitario y contribuye con el 7,1%. España paga lo que representa. Hay quien representa el 17% y paga el 11%. No pagan lo que les corresponde. El problema no está en el Fondo de Cohesión, sino en que otros países no pagan lo que debieran", afirmó Aznar. Aunque no mencionó a qué país se refería -probablemente Italia-, el jefe del Gobierno español dejaba entrever así las diferencias con que los Quince abandonaron la cumbre informal de Bonn del pasado fin de semana.
Aznar y Lipponen se reunieron durante más de dos horas para analizar las relaciones bilaterales, preparar la próxima presidencia finlandesa y discutir a fondo la Agenda 2000. El jefe del Gobierno español reclamó "una solución política homogénea que sirva para todos los países miembros. (...) Si ello no ocurre, seguiremos atascados".
Empatía nórdica
El primer ministro finlandés, cuyo país es receptor neto de los fondos comunitarios pero no pertenece a los cuatro países del Fondo de Cohesión (España, Portugal, Grecia e Irlanda, con una renta menor del 90% de la media comunitaria), mostró comprensión ante la posición española, pero no respaldó en ningún momento la continuación del Fondo tal como está ahora. Apoyó vagamente la política de cohesión, y dijo que la solución no se puede cargar sobre los hombros de "Alemania o de los países más pobres". Tuvo, sin embargo, la gentileza de tachar de "constructiva" la propuesta formulada por Aznar en Bonn de crear un fondo de ayuda a los países ricos -de 3.000 millones de euros- que soportan fuerte presencia de refugiados de países del Este o fuertes corrientes migratorias.Ni Aznar ni Lipponen quisieron plantearse la hipótesis de que no se alcance un acuerdo sobre la Agenda 2000 en este semestre, es decir, bajo presidencia alemana. Existe la idea de que después, bajo presidencia finladesa o portuguesa, el acuerdo sería aún más difícil.
La debilidad de la actual Comisión Europea, sometida al ataque de un sector del Parlamento Europeo y cuya propuesta de reforma de la Agenda 2000 ha sido ignorada por Alemania, también afloró en la conferencia de prensa final. Tanto Aznar como Lipponen señalaron que la UE necesita "un presidente y una Comisión fuertes" para afrontar el futuro.
El presidente del Gobierno español expresó también su interés por la próxima presidencia finlandesa, durante la que celebrará una cumbre extraordinaria en Tampere, una localidad situada a 200 kilómetros al norte de Helsinki, para "armonizar la política judicial y de seguridad europea". España y Finlandia harán una preparación conjunta de esta cumbre que quiere impulsar una política común en materia de inmigración, extradición, derecho de asilo y lucha contra la delincuencia internacional. Aznar señaló que España apoyará, durante la presidencia finlandesa, la "dimensión nórdica de la Unión Europea", que significa dar respaldo a la pretensión de Helsinki de que los tres países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, entren en el primer grupo de países que ingresen en la UE.
Pero el propio Aznar remitió a un futuro indeterminado el proceso de ampliación, señalando que lo más importante es llegar a un acuerdo sobre la financiación de la UE a quince durante el periodo 2000-2006. Sin ese acuerdo previo, nada es posible, sugirió.
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