El Consell desoye a las Cortes durante tres años al no proteger el Volcán de Cofrentes como monumento natural. UV y PP niegan a Finestrat que el Puig Campana sea monumento natural
El Volcán de Cofrentes, también conocido como Cerro de Agrás y que constituye, junto a las Islas Columbretes, uno de los pocos ejemplos de una remota actividad volcánica en la Comunidad Valenciana, sigue sin ser declarado monumento natural. La Comisión de Medio Ambiente decidió el 7 de mayo de 1996 que esta figura de protección prevista en la ley 11/94 de Espacios Naturales Protegidos era la más adecuada para el enclave del Valle de Ayora y determinó instar al Consell a que elaborara las normas de protección necesarias para su declaración. Han pasado casi tres años y el Consell continúa desoyendo el mandado. La figura de monumento natural sigue inédita en la Comunidad Valenciana pese a que está regulada por ley desde el 27 de diciembre de 1994. Hasta ahora, el Consell ha declarado diez parques naturales (L"Albufera, Montgó, Carrascar de la Font Roja, Fondó, Prat de Cabanes-Torreblanca, Lagunas de la Mata y Torrevieja, Salinas de Santa Pola, Penyal d"Ifac, Marjal de Pego-Oliva y Serra d"Espada). También ha empleado otras dos figuras de protección: paraje natural para el Desierto de las Palmas y reserva natural para las Islas Columbretes. Pero el Consell todavía no ha declarado ningún paraje natural municipal (hay más de una docena de peticiones), ni sitios de interés, ni paisajes protegidos ni los mencionados monumentos. A estos últimos, la legislación valenciana los define como "espacios o elementos de la naturaleza, incluidas las formaciones geomorfológicas y yacimientos paleontológicos, de notoria singularidad, rareza o belleza, que merecen ser objeto de una protección especial por sus valores científicos, culturales o paisajísticos". En estos espacios, una vez declarados, no se permitirá "ningún uso o actividad, incluidos los tradicionales, que ponga en peligro la conservación de los valores que motivaron su declaración". El extraño volcán no es el único enclave merecedor del título. Quizá refractarios a la figura legal de protección, los socios de Gobierno, UV y PP, también se han negado -esta vez en Cortes, el martes pasado y rechazando una proposición no de ley en el mismo sentido- a proteger la Serra del Puig Campana, en Finestrat, bajo la misma figura inédita: monumento natural. Así, el pétreo promontorio tendrá que esperar hasta que se gane la consideración de los diputados de los grupos que forman Gobierno. El mismo respeto que mereció, hasta ahora sin éxito, el volcán de Cofrentes, un extinto gigante, de crater bien visible, que se encuentra muy próximo a la confluencia de los ríos Júcar y Cabriel, a un kilómetro escaso del casco urbano y a tres de la central nuclear. Por tanto, quedará por el momento sin protección la Serra del Puig Campana. UV y el PP cercenaron el martes de cuajo, al emplear su superioridad numérica en la Comisión de Medio Ambiente, la iniciativa presentada por el Grupo Socialista para declarar el enclave monumento natural y elaborar sus medidas de protección. La idea no partía de los diputados de la oposición sino que responde a un viejo deseo del propio Ayuntamiento de Finestrat. Así, en una carta firmada por el alcalde José Miguel Llorca Llinares y dirigida en septiembre de 1996 a la entonces Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, el consistorio solicitaba la declaración de la zona como monumento natural además de pedir que la sierra fuera incluida en la Red Ecológica Europea Natura 2000, regulada por la directiva Hábitats. Leyenda de Roldán En su carta Llorca explicaba cómo el paraje "se configura como una montaña de indudable interés a todos los niveles". Y mencionaba varios de esos niveles: "Natural, físico, geomorfológico, deportivo, histórico, paisajístico, mitológico, botánico...". Muy ligado a la vida de Finestrat, el alcalde explica que "la inmensa mayoría de la población lo siente como algo propio". No en vano, los marineros se servían, sobre todo antiguamente, de su silueta para orientarse en esa zona del Mediterráneo. Y hasta la leyenda dice que una parte del Puig Campana fue sajada por Roldán con su espada y la peña cercenada se convirtió en la isla de Benidorm. "Todas esas consideraciones", añade la carta a modo de advertencia, "unido a la cada vez mayor afluencia de visitantes, a veces de forma no ordenada, aconsejan su preservación en las mejores condiciones posibles para las generaciones futuras". El Ayuntamiento pedía que la figura de protección para el Puig Campana incluyera además Els Castellets, un cresterío contiguo "de abrupta belleza paisajística". Pese al inusual interés de Finestrat (normalmente son los municipios los que ponen objeciones a que el Consell proteja parte de sus territorios), UV y PP se opusieron a la medida sin ni siquiera explicar el motivo de su voto. Quizá no tenían argumentos.
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