DOBLE BANDO, EDICIÓN LIMITADA

Al igual que otros muchos españoles, el asturiano Venancio Piñera Cardín, luchó en la guerra civil sin querer hacerlo, sin saber por qué luchaba, con familiares en el bando contrario. Se jugó la vida en media España y estuvo a punto de perderla en los frentes nacional y republicano. Llegó a México el 16 de abril de 1948 y, animado por su familia, escribió un libro con su peripecia en la contienda: sólo 40 ejemplares para sus hijos y nietos, para los amigos más cercanos. Cuenta que le tocó defender Oviedo, con su hermano sitiando la ciudad en el Ejército enemigo, vio morir a muchos de sus compañeros de armas y en tres ocasiones fueron a buscarle para fusilarle. Saludó al estilo falangista, también puño en alto, fue artillero de ametralladora y recibió la Cruz Laureada de San Fernando Colectiva, otorgada por Francisco Franco, por su arrojo en la defensa de una posición. Nacido el 2 de septiembre de 1914 en Lledías, parroquia de Posada, en el municipio de Llanes, debió alistarse en la trinchera roja y finalmente en la franquista. "La diferencia de este soldado es que mi abuelo es un hombre ejemplar, que todo en su vida lo hace lo mejor que puede y entregándolo todo sin esperar nada a cambio", subrayan sus nietos Mari Carmen y Miguel Ángel. El caso es que, de tanto escuchar las cuitas del abuelo, hijos y nietos le pidieron que las resumiera en unas memorias. Muchos son los episodios relatados. A veces, las trincheras casi se tocaban. Rojos y azules departían amigablemente. "Cómo estaríamos de cerca que a veces nos tiraban cajas de medias para novias y nosotros les tirábamos latas de carne a la jardinera que nadie comía; también teníamos días de cambiar la prensa", recuerda Piñera. "Pero luego venían los combates y ya no podíamos ni respirar del olor a trilita de las granadas de mano que tirábamos tanto ellos como nosotros".-