Los socialistas creen que la encuesta está "contaminada" por el congreso popular

El PSOE salió ayer rápidamente a la palestra para contrarrestar no tanto los malos datos que les aportaba el sondeo político del CIS de enero sino los métodos técnicos para su elaboración y sobre todo la actitud del Gobierno en su presentación. La portavoz socialista en esta materia, Rosa Conde, exdirectora precisamente de ese organismo dependiente del Ministerio de Presidencia, denunció la nula credibilidad de la encuesta y su escaso valor por haber coincidido su trabajo de campo, entre el 27 y 31 de enero, con las fechas en que se celebró en Madrid el XIII Congreso Nacional del PP, entre el 29 y el 31 de ese mismo mes.Conde descalificó la consulta y la invalidó por esa razón como un trabajo "contaminado y devaluado". Y aportó como ejemplo que TVE informó en enero durante 131 minutos sobre el PP y sólo 19 minutos sobre el PSOE. Conde culpó de la degradación del CIS -"que nunca ha llegado tan bajo", a pesar de que intentó salvar a su actual presidenta, Pilar del Castillo, y a sus trabajadores- a los que ella entiende que dictan las órdenes, en alusión a los responsables de La Moncloa y en especial a José María Aznar. La portavoz del PSOE volvió a lamentar que el Gobierno les remitiese esos datos ayer, incluso después de presentarlos a los medios de comunicación. En el PP sostienen, sin embargo, que la coincidencia del trabajo de campo del CIS con su congreso les ha podido incluso perjudicar. José María Michavila, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, comentó ayer que el impacto de ese cónclave aún no se notó en ese sondeo y auguró que la distancia podría haber sido mayor si se hubiesen dejado pasar unos días para preguntar a los encuestados.

El congreso "no afectó"

El secretario general del PP, Javier Arenas, negó incluso la mayor al indicar que el congreso no afectó al sondeo porque se desarrolló en otra secuencia. Sin embargo, en la encuesta se preguntan aspectos tan concretos del Congreso del PP como si se tenía conocimiento de su montaje (un 45% no); sobre si lo habían seguido con interés (un 78,9% con poco o ninguno) o sobre si las decisiones acordadas en el mismo cambiarían significativamente a ese partido (un 43,2% dice que poco o nada). En el PP consideran estos aspectos críticos como normales en todos los procesos que los ciudadanos entienden como internos de los partidos, y lo comparan con lo que sucedió en las primarias socialistas.

El portavoz adjunto de IU, Felipe Alcaraz, ensalzó mucho los datos recabados por el CIS referentes a su formación. IU no sólo no descendió, como en anteriores sondeos, sino que subió unas décimas, lo que Alcaraz traduce como un fracaso en el intento de instaurar un bipartidismo en España y de aminorar a las minorías. El líder de IU, Julio Anguita, es el dirigente cuya estimación sube más desde octubre. Alcaraz también se mostró preocupado por la tendencia hacia la mayoría absoluta del PP y formuló un llamamiento a los ciudadanos para movilizarse y evitarla.