_
_
_
_
GENTE

MONITOS MIRONES

Juan Arias

En Río de Janeiro, la foresta está a las puertas de la ciudad. Y puede dar sorpresas. Como la que recibió hace unos días la azafata Christina Coahman en su piso de la calle Fonte Saudade, en el riquísimo barrio de Lagoa. La chica estaba duchándose cuando se dio cuenta horrorizada de que una familia de monitos, llegados de la arboleda, le estaban espiando mientras se duchaba. Ella dio un grito de espanto pero los monos seguían divertidos observándola desnuda. Los residentes del edificio de tres pisos tocaron a rebato en unión del portero, pero los ocho monos se pasearon por los pisos, saltaron alegres sobre las camas y no había cómo echarlos. Al final algunos escaparon por el techo. Otros decidieron salir, como señores, escaleras abajo. Uno de ellos, enfadadillo porque le estropearon su sesión de voyeurismo, le pegó un buen bocado en una mano al portero.- ,

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_