Expertos advierten de que hay adolescentes que "contagian" la anorexia sin padecerla

Un 1% de los adolescentes andaluces, entre 13 y 15 años, puede llegar a padecer anorexia; y otro 5% más podría ser bulímico. Según los expertos, una nueva forma de contagiar la anorexia está apareciendo en los colegios. Ignacio Jáureguí, responsable de la Unidad de Trastornos Alimentarios en el Hospital Infanta Luisa de Sevilla, explica que "hay adolescentes que, con su actitud, contagian la enfermedad a compañeras que son más vulnerables que ellas, sin que ellas la padezcan". En su opinión, son adolescentes que hablan mucho de dietas, de comida y de tallas. Y suelen ser, explica, buenas estudiantes y líderes en clase. La Unidad de Trastornos Alimentarios lleva funcionando un año. Durante todo este tiempo han pasado por sus instalaciones 137 pacientes, de los que 129, (un 94%), eran mujeres. Los expertos constatan que cada vez es más precoz la aparición de esta enfermedad. De hecho, de las 129 mujeres tratadas, 23 eran menores de 15 años; algunas, incluso, no habían cumplido los once. La mayoría de las enfermas, en cambio, tenían entre 16 y 25 años. "La presión social en las adolescentes es tan grande", explica Jáuregui, "que en aquellas que se creen con sobrepeso, se dan con cierta frecuencia los intentos de suicidio". La UTA ha atendido en su año de funcionamiento más de 30 intentos de suicido, localizados principalmente en los meses de enero (después de las copiosas comidas navideñas) y en agosto (cuando han de ponerse el bañador). La anorexia es, todavía, una enfermedad desconocida en muchos aspectos. Sus causas son múltiples; entre ellas se citan la inseguridad psicológica y los conflictos familiares. En la mayoría de los casos, cuando aparece, el desencadenante final es el exceso de peso y la realización de una dieta sin control médico. En los problemas de anorexia y bulimia, la familia juega un papel importante. En primer lugar debe mentalizarse de que "no hay una terapia milagro", matiza Jáuregui. Se trata de una dolencia que requiere entre dos y cuatro años de tratamiento.