El Gobierno regional destapa un fraude fiscal cometido por 27 salas de bingo
La Dirección General de Tributos de la Comunidad pretende ajustar las cuentas a 27 de los 104 bingos que operan en Madrid. Las 27 salas practican desde hace tiempo la rebelión fiscal. Ni declaran sus ingresos ni pagan el impuesto regional sobre este juego (el 6% sobre la cuantía de los premios). Han defraudado más de 334 millones de pesetas, según la Dirección de Tributos, que registró 6.000 millones de ingresos en 1998 por este concepto.El fraude destapado por la Comunidad tiene un elemento que lo hace "especialmente detestable" tanto para Hacienda como para los dueños de bingos que cumplen con el fisco: "No se trata de un dinero proveniente de beneficios que ocultan y no pagan, sino del que le han detraído del premio al jugador para entregárselo a Hacienda y, sin embargo, no lo entregan". Es la opinión compartida por Luis Gimeno, director general de Tributos, y de Federico Carlos Castillo Olivares, directivo de una asociación, Omega, que agrupa a medio centenar de empresarios de bingos y entre cuyos requisitos de admisión figura estar al corriente de pago con Hacienda.
"Ese dinero que se quedan no es de ellos, sino del cliente", denuncia el directivo de Omega. "Por lo tanto, no sólo están incurriendo en un fraude fiscal, sino en un claro delito de apropiación indebida. Y con ese dinero se dedican a multiplicar sus beneficios y sus inversiones. Es decir, con la ayuda de la pasividad de Hacienda, se dedican a hacernos la competencia a quienes sí pagamos", dice Castillo Olivares, propietario del bingo Canoe, que, según sus datos, es el que más impuestos paga de toda España.
Gimeno niega que haya habido pasividad y afirma que se trata de un sector muy sensible donde peligran una media de 15 empleos por bingo, y, por ello, hay que "aquilatar" la sanción. Hacienda alterna el palo con la zanahoria. El palo tiene forma de embargo de las fianzas. En lo que va de año, ya hay dos bingos que han sufrido esta medida, que se extenderá a otras tres salas antes de Semana Santa. Sin fianza no pueden operar, y si la reponen volverá a ser embargada hasta que salden su deuda con Hacienda. La zanahoria consiste en admitir aplazamientos justificados del pago.
La Comunidad descubrió el fraude tras cotejar sus ingresos con la venta de cartones en los bingos
En el listado de 27 empresas a las que la Dirección General de Tributos de la Comunidad de Madrid somete a un examen minucioso, mes a mes, para comprobar cómo crece su morosidad fiscal figuran firmas que, por sí solas, acumulan 75, 60 o 22 millones de deuda. Son la flor y nata del fraude fiscal binguero. Media docena de empresas concentran la mayoría del fraude. Suelen amenazar, de modo ficticio o real, con la quiebra. Pero Tributos no se resigna cuando los empresarios alegan insolvencia. Los inspectores investigan sus bienes para comprobar si han incurrido en un alzamiento, en la medida en que con fines delictivos hayan puesto todas sus propiedades a nombre de terceros para no ser embargados.La rebelión fiscal de este colectivo es ciertamente osada, pues la Dirección de Tributos conoce perfectamente el volumen de sus ventas. Las 27 salas que han defraudado deben comprar sus cartones en las delegaciones del Ministerio de Hacienda, de cuyo precio un 20% corresponde al impuesto estatal. La venta de esos cartones es comunicada por la Administración central a la autonoma, que también impone su tributo regional. De ahí, la Consejería de Hacienda, que preside Antonio Beteta, obtiene un índice preciso del volumen de facturación mensual de cada bingo.
Recursos
El segundo desafío de los defraudadores es que han recurrido la legalidad del impuesto autonómico sobre el bingo por entender que sufren una doble imposición. Federico Carlos del Castillo Olivares, directivo de la asociación Omega, asegura que, ante la pasividad de Hacienda, los bingueros fraudulentos hacen campaña en pro del impago, "ya que resulta gratis". Este empresario, líder del sector, no oculta sus intenciones: "Estaría encantado de que cerrasen estos bingos que no pagan a Hacienda, porque es una competencia desleal. No pago 42 millones de impuestos al mes a la Comunidad de Madrid por lo que vendemos en el bingo del Canoe en cartones para que otros no entreguen la parte que deberían y logren unas reinversiones a costa del dinero que detraen a los clientes con el falso pretexto de entregarlo al fisco. No diré quién no paga, pero sí diré que todos nuestros asociados de Omega sí lo hacen. No es un dinero nuestro, es de los jugadores, y tenemos la obligación de entregarlo a Hacienda. Mientras este sector cumplidor y poderoso exige el abono de la deuda fiscal para ejemplarizar y quitarse molestos vecinos, Tributos recuerda que sólo puede aplazar su pago cuando la empresa ofrece garantías serias para eliminar la deuda en el futuro. Tal petición suele ser una cortina de humo para demorar un pago que no realizarán. Y si les apremian, quiebran y desaparecen. Bingo seguro".
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