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Reportaje:

Olivetti-Telecom, primer asalto

La OPA levanta recelos ante una posible entrada bajo cuerda de dinero extranjero

Una ofensiva audaz que demuestra la vitalidad del capitalismo italiano, para unos. Un mero ejemplo de especulación financiera que amenaza con destruir, desmontándola por piezas como un mecano, la mayor empresa que cotiza en la Bolsa italiana, para otros. La oferta pública de adquisición (OPA) lanzada el sábado por Olivetti sobre Telecom Italia suscita toda una serie de comentarios y levanta toda clase de sospechas entre los políticos italianos. Algunos, como el sector neocomunista, ven en ella una especie de caballo de Troya de intereses extranjeros.Tal acusación ha sido rechazada de plano por los directivos de Olivetti, que reiteran una y otra vez el carácter nacional de la operación. En lo que todos los expertos coinciden es en considerar que la batalla de Olivetti por el control de Telecom será larga y azarosa, como lo demuestra la reacción del Consejo de Administración de Telecom, reunido urgentemente el sábado, que ha considerado la OPA "meramente virtual", un papel de intenciones repleto "de lagunas" legales.

El administrador delegado del grupo, Franco Bernabé, está dispuesto a lanzar una ofensiva legal. Ayer, el presidente honorario del Grupo Fiat, Giovanni Agnelli, presente a través de la financiera IFIL en el núcleo estable de Telecom, expresó su total apoyo a Bernabé.

¿Terminará un Goliat como Telecom Italia -sexta compañía de telecomunicaciones en el mundo- en brazos de un pequeño David como Olivetti? La respuesta la dará el tiempo, los mercados y los políticos. Para la primera compañía telefónica italiana, privatizada en el otoño de 1997, en la que invirtieron sus ahorros un millón y medio de italianos de a pie, las cosas no han ido bien desde el principio. Dotada de un núcleo estable débil y aparentemente poco interesado en modernizar la inmensa estructura y colocarla en una posición capaz de permitir un funcionamiento competitivo, Telecom era un coloso con los pies de barro.

Ésta es la tesis de Antonio Tesone, presidente de Olivetti, quien aseguraba ayer, en declaraciones al diario La Repubblica, que las principales razones de la OPA son de carácter patriótico-financiero. "Telecom es una sociedad expuesta a cualquier ofensiva del extranjero, sin un accionariado fuerte y en condiciones empresariales de gestionarla", precisaba Tesone.

Para lograr su propósito, Olivetti, controlada por la Bell, SA, una empresa con sede en Luxemburgo pero cuyos accionistas son italianos en su totalidad, tendrá que superar tres barreras: la del mercado, la legal y la financiera.

En el primer apartado, está por ver cuál será la reacción de los accionistas de Telecom a la oferta hecha el sábado por Olivetti, a través de la firma subsidiaria Tecnost -que controla al 90%-, de 10 euros (1.663 pesetas) por cada acción de la compañía, es decir, un euro más del valor de cotización alcanzado en la Bolsa de Milán el viernes pasado.

Sobre todo, porque en metálico sólo se ofrecen seis euros (998,6 pesetas) y el resto será entregado en acciones y obligaciones de Tecnost, una empresa que fabrica las máquinas de las apuestas de juego, que cotiza en Bolsa, pero que es poco conocida y poco codiciada.

El segundo obstáculo que tendrá que superar Olivetti será el legal. Por ley, Olivetti está obligada, antes de consumar la adquisición de Telecom, a desprenderse del paquete de acciones de Omnitel e Infostrada, segundo operador de telefonía móvil y de telefonía fija, respectivamente, en Italia.

Existe, además, un requisito esencial, obtener la aprobación del Gobierno, que, en su calidad de accionista principal de Telecom (tiene un 3,4% de las acciones), posee un título de oro que representa el derecho de veto de cualquier compra por encima del 3% de las acciones de la empresa. Es cierto que el Gobierno no ha ocultado su simpatía por la ofensiva de Olivetti. El pasado viernes, tras entrevistarse con el administrador delegado de la firma, Roberto Colaninno, el primer ministro, Massimo D'Alema, calificó la inminente OPA de "iniciativa valerosa".

Por si estos requisitos fueran poco, existe además un problema financiero en esta OPA, la mayor jamás lanzada en Italia (sería, por sus dimensiones, la quinta de estas características en el mundo). El valor de mercado de Olivetti es una quinta parte del de la empresa que aspira a absorber, y para afrontar una factura que asciende a 58.500 millones de euros (9,7 billones de pesetas), Olivetti tendrá que buscar dinero debajo de las piedras. Al menos, dos tercios de la suma la obtendrá de préstamos. Curiosamente, Mediobanca, presente en el núcleo estable de Telecom, será uno de los prestamistas.

Las deudas serán saldadas, una vez cerrada la compra, con la venta de inmuebles de Telecom y así, más de un observador ha señalado, asombrado, que Olivetti pretende comprar Telecom con cargo a la propia compañía adquirida.

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