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Los "okupas" amenazan con "dinamitar" la Junta de Vallecas a los tres días de apedrearla

Los okupas, en una manifestación en la que participaron medio millar de jóvenes, dieron ayer un nueva vuelta de tuerca a su enfrentamiento con la Junta de Vallecas. En la protesta, motivada por el desalojo del edificio okupado de la calle de Peña Prieta, se dirigieron a la sede municipal y en tono amenazante corearon: "La próxima visita será con dinamita". El miércoles pasado un grupo de encapuchados (identificados como okupas por las víctimas, entre ellas una concejal del PP y otro del PSOE), apedreó la sede municipal y lanzó botes de pintura bajo el grito de "¡junta fascista!".

El pasado miércoles la Junta de Vallecas se convirtió en el blanco de la violencia okupa. Un grupo de diez encapuchados, que se desplazaba en motos y en un coche robado, arrojó botes de pintura y piedras contra el inmueble, en el que se encontraba la concejal del distrito, Eva Durán, del PP, y el edil socialista Rafael Merino. Durante el apedreamiento dos personas resultaron heridas leves: un vecino y un policía municipal que hacía guardia en la sede. "Si me llego a mover, me matan", dijo el agente poco después del ataque. El motivo de la agresión fue el desalojo de un edificio okupado de la calle de Peña Prieta.Ayer, las amenazas, que no el ataque, se repitieron. Durante la protesta, el edificio de la Junta fue objeto de un alto por parte de los manifestantes. Un grupo de okupas se puso a gritar contra la fachada del edificio y los agentes de la policía que lo custodiaban: "¡La próxima visita será con dinamita!". Mientras, otro grupo representó una parodia que pretendía ridiculizar a los policías: disfrazados con un poncho de plástico de distintos colores se pusieron en la posición de piernas abiertas y manos a la espalda.

El recorrido se inició en el estadio de fútbol del Rayo Vallecano y acabó, tras cortar durante una hora dos carriles de la avenida de la Albufera, en el edificio desokupado de la calle de Peña Prieta. Por el camino no dejaron de oírse gritos reivindicativos: "¡No podeis desalojar la cultura popular! ¡Si no tenemos casa tenemos que okupar!". Cuando los manifestantes alcanzaron la casa de la calle de Peña Prieta, uno de ellos abrió la puerta de una patada y se coló dentro. Tras él corrió un grupo escaleras arriba. Algunos jóvenes se asomaron por los balcones y las ventanas y continuaron con los gritos. En el edificio había colgada una gran pancarta en la que los okupas aseguraban que ellos le habían dado vida a un edificio que llevaba muerto 10 años, que ellos lo habían rehabilitado y que le habían dado un uso.

Un portavoz okupa leyó un comunicado en el que afirmó: "Puede parecer que esto es una manifestación cualquiera, pero nosotros no nos lo tomamos así, porque esta era nuestra casa [la de la calle de Peña Prieta]. Sólo hay una palabra con la que podamos expresar lo que sentimos: ¡Rabia! Trataremos de canalizar nuestro esfuerzo y volver a okupar otra casa para que se den cuenta de que tenemos una manera distinta de entender la vida".

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