Barcelona reforma Poblenou para que acoja industrias y servicios futuristas
Poblenou se prepara para enfrentarse a su futuro. Un futuro que pasa por dejar atrás la trama de industrias de chimenea y sustituirlas por las vinculadas a las nuevas tecnologías, potenciando a la vez el aglomerado urbano. El Ayuntamiento de Barcelona presentará hoy los criterios con los que aborda la reforma del distrito en unas jornadas en las que intervendrá el propio alcalde, Joan Clos, junto a los máximos responsables del urbanismo de la ciudad: el gerente del área, Borja Carreras-Moysi, y el arquitecto Josep Anton Acebillo.
La definición de terreno industrial con la que operan las ciudades tiene su origen en el siglo XIX: el que vio el crecimiento del Poblenou textil, hecho de fábricas que tenían altas chimeneas y que extraían considerables cantidades de agua del subsuelo. Industrias incompatibles con las áreas residenciales de una calidad mínima y que, si convivían, era por la dificultad de desplazamientos de la época. Ese tiempo ha pasado: tanto en lo que afecta a la movilidad como en lo que hace a las industrias. Las hay más limpias que algunos servicios, pero sus necesidades van más allá de la energía y el agua. Consciente de ello, el equipo municipal ha abordado la reforma del complejo industrial de mayor extensión en el centro de una ciudad con criterios que permitan un desarrollo combinado de nueva industria, servicios (tanto oficinas como centros de investigación y universitarios) y, en la medida en que ya existe, vivienda. "Poblenou tiene que ser un área central metropolitana, un punto de referencia equivalente al Eixample o el paseo de Gràcia", explica Acebillo con palabras muy similares a las empleadas por Carreras-Moysi. Éste añade que, en los últimos años, la petición de licencias para nuevas industrias en la zona ha sido casi inexistente. Para paliarlo, se ha planeado una reurbanización de la zona en la que las calles se terminan (alguna queda hoy cortada) y se construyen galerías de servicios que suministrarán a las nuevas industrias cable, fibra óptica, agua caliente y fría y otras posibilidades. Al mismo tiempo, un ambicioso plan de transportes establece que un tranvía enlaza la plaza de Francesc Macià con el mar, a lo largo de la Diagonal. En ese punto, junto a la desembocadura del Besòs, una segunda línea se proyecta a lo largo del frente marítimo hasta Colón. Otras líneas menores enlazan estas dos con el metro que circula por el centro del barrio. 4.800 viviendas En la zona hay, al margen del núcleo urbano tradicional, otras 4.800 viviendas, en su mayoría construidas al margen de la legalidad. Se trata de consolidarlas. El nuevo Poblenou no quiere ser mera zona industrial despoblada en fines de semana sino una mixtura de empresas compatibles con residencias, sin que ello suponga abrir a la especulación el terreno hoy semiabandonado. Carreras-Moysi afirma que se ha decidido potenciar algunos ejes viarios y de servicios. En algunos caso, precisa, la decisión viene dada por la existencia de centros asentados como la Rambla del Poblenou, que vertebra el casco antiguo; en otros, se opta por aquellas calles que superan la barrera de la Gran Via y enlazan Poblenou con Sant Martí, como la de Bilbao y la de la Llacuna, en perpendicular al mar, y la de Pujadas y la de Llull, en paralelo, aprovechando en este caso la existencia del metro. Buena parte de este diseño se basa en la consolidación de la prolongación de la Diagonal como zona mixta de oficinas y residencias con una "arquitectura del siglo XXI", explica Acebillo. El propio Ayuntamiento de Barcelona construirá un edificio de servicios en la zona nueva de la avenida, junto a las Glòries, y apuesta por la consolidación de esta zona con torres, viviendas, oficinas y hoteles. Acebillo reconoce que se trata de una tarea contra el presente, ya que cualquier promotor de oficinas de lujo que se acerque hoy a la zona puede quedar desanimado. Sin embargo, añade, el futuro está ahí, con toda seguridad. El último complemento de todo este proyecto, explican Carreas-Moysi y Acebillo, es consolidar en Poblenou la Barcelona "capital del conocimiento" con la instalación de universidades y centros de investigación que nutran y se alimenten a la vez de las nuevas industrias. Y, sobre todo, un punto de referencia que no se agote en el límite de la ciudad: Poblenou es, afirman, el parque tecnológico del área metropolitana y de Cataluña.
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