El monte Ulía de San Sebastián se transformará en un parque temático

La transformación del monte Ulía de San Sebastián en un parque temático de 125.000 metros cuadrados para favorecer los usos recreativos y las actividades culturales, ecológicas y científicas ha sido incluida en un plan especial de ambiciosas pretensiones regeneradoras. El proyecto, bautizado como Ulía, jardín del hombre, prevé intervenir en la cresta del monte, donde se crearán paseos y espacios para el ocio con un coste de 500 millones. El pleno estudiará próximamente la propuesta.

La rehabilitación de Ulía pretende corregir el actual desorden del monte mediante la armonización de los elementos naturales existentes y la creación de nuevos espacios de recreo. Situado a 231 metros sobre el mar, el monte posee una ubicación estratégica que linda con el entramado urbano de San Sebastián, aunque la colonización popular ha alterado la riqueza paisajista original. El proyecto persigue la recuperación de este enclave para el ocio, el esparcimiento, la protección medioambiental y la educación en un espacio abierto. Para ello se intervendrá en la cresta del monte, cuyo aspecto sufrirá una importante transformación, aunque respetando los valores naturales. El estudio económico-financiero refleja una inversión cercana a los 500 millones, de los que 90 millones se destinarían a la expropiación de terrenos, 100 millones para la rehabilitación de edificios existentes y 250 millones para la creación de los itinerarios paisajísticos. El plan ha sido redactado por un equipo compuesto por un arquitecto, un geógrafo, un abogado y dos paisajistas, que proponen actuar en el monte para convertirlo en "un parque temático que facilite el contacto directo con el espacio medioambiental", explica la arquitecto Izaskun Larzabal. Sobre una extensión de 125.000 metros cuadrados se delimitarán tres áreas conectadas por medio de senderos con paneles informativos. El núcleo principal se situará en el actual parque de Ulía, del que se eliminará el campo de tiro para convertirlo en una campa de ocio con mirador. Aquí se abrirá una escuela de naturaleza y un servicio de hostelería, además de un centro de acogida para visitantes. El segundo punto se sitúa en la zona de morfología agreste conocida como las canteras de Mendiola. Aprovechando estos hitos, el proyecto prevé su conversión en un museo al aire libre con circuitos que recorren escenarios de la historia vasca, desde el ambiente de los cazadores paleolíticos del Cantábrico hasta la irrupción del caserío, pasando por el fenómeno megalítico, la cultura protohistórica vascona y los ambientes campesinos medievales. Estas escenas serán recreadas en paneles y aprovechando la vegetación y los elementos de la naturaleza actualmente existentes. El recorrido, de seis kilómetros de longitud, termina en la fortaleza del almirante, un punto estratégico de interés arqueológico desde el que se domina buena parte del litoral y que en el siglo X los cazadores de cetáceos empleaban para organizar la pesca.