La joven cuyo cadáver se halló en Lleida sobre las vías del tren fue asesinada
Los Mossos d"Esquadra investigan la muerte de Marina Ruiz García, de 23 años, cuyo cadáver fue encontrado el lunes en medio de las vías del tren, en las afueras de Cervera (Lleida). La policía catalana no descarta ninguna hipótesis, aunque hay datos que hacen pensar que la mujer, trabajadora en una fábrica textil, fue asesinada por motivos sexuales y que su cuerpo fue dejado en la línea férrea con intención de que fuera arrollado por un convoy. La joven tenía previsto casarse el mes próximo.
El resultado de la autopsia que se practicó ayer a su cadáver será decisivo para determinar la causa de la muerte de Marina Ruiz García. En cualquier caso, el hecho de que estuviera semidesnuda y presentara brutales signos de violencia confirman la hipótesis del asesinato y abonan la teoría de que sufrió un asalto de carácter sexual. Sus ropas aparecieron esparcidas por las inmediaciones del lugar en el que se halló su cuerpo y tenían manchas de sangre. La juez encargada del caso ha declarado secretas las investigaciones.El cadáver de la joven fue descubierto a las ocho de la mañana del lunes, a unos dos kilómetros de la estación ferroviaria de Cervera.
El maquinista de un tren que realizaba el trayecto entre esta ciudad y Lleida observó a lo lejos el cuerpo de una persona en medio de la vía e inmediatamente inició la maniobra de frenado al tiempo que hacía señales acústicas. Con todo, no pudo impedir que tres vagones del convoy pasaron por encima de él, aunque sin causarle mutilaciones. El maquinista de otro convoy que había pasado por el mismo sitio una hora y media antes no vio nada extraño, por lo que se cree que la víctima fue abandonada sobre las vías después de que hubiera sido asesinada allí mismo o en otro lugar cercano.
Cambio de turno
El lunes, Marina salió de su casa poco antes de las seis de la mañana porque ese día iniciaba un nuevo turno de trabajo en la fábrica textil Benetton, a la que ya no llegó. Como no disponía de coche, tenía que recorrer a pie y de noche un tramo de unos dos kilómetros hasta su empresa, situada en el Polígono Industrial. Era la primera vez que iba sola al trabajo, ya que cuando realizaba el otro turno utilizaba el vehículo de alguna compañera.
Otras empleadas denunciaron ayer la inseguridad que supone acudir solas al trabajo por un camino escasamente iluminado y muy poco transitado.
El funeral por Marina Ruiz se ofició ayer por la tarde en la iglesia de Sant Antoni, de Cervera, en medio de grandes muestras de dolor por parte de sus familiares y amigos.
Las investigaciones de los agentes de la Generalitat catalana se han centrado, en principio, en el entorno social de la víctima, ya que eran pocas las personas que sabían que había cambiado de turno y que el fatídico lunes iría a pie al trabajo.
No se descarta que la mujer fuera seguida por el autor o los autores de su muerte desde el mismo momento en que salió de su casa y que fuera atacada en alguno de los descampados del trayecto.
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