Sobre el doblaje
Sentencia inapelablemente Félix de Azúa que "Todo doblaje es una salvajada" (EL PAÍS, 3 de febrero).Yo no sé si son muchos o pocos los exquisitos partidarios de las versiones originales de las películas -y los más fervorosos de ellos quisieran prohibir incluso que se ponga la traducción en subtítulos-, pero espero y deseo que ellos sí sepan que somos muchísimos los que, con posicionamiento totalmente opuesto, opinamos que la mayor salvajada atentatoria contra la esencia misma del arte cinematográfico es justamente y en principio ese "Las películas, sólo en versión original", y que ésta se justifica e incluso puede ser precisa sólo en casos muy especiales y muy escasos.
Otra cosa es que el doblaje sea bueno, mediano o malo, y que lo que haya que exigir es que sea tan bueno que incluso supere al original (lo que a veces ocurre, aunque los exquisitos finjan escandalizarse por lo que, en todo caso, condenan como "atentado (?) a una obra de arte").
Y aprovecho la ocasión para señalar el caso totalmente opuesto de los discursos o declaraciones y entrevistas a personalidades y casos análogos, así como en los documentales etnográficos, pues, aunque en esto sí es absolutamente necesaria la versión original, lo que suelen darnos es, por el contrario, sólo doblajes o meras traducciones sobre la marcha, y todo ello malísimo, con una voz monótona, sin matices e impersonal y como en off continuamente (e incluso en los documentales etnográficos suele darse la máxima e incomprensible salvajada de que sus autores omitan toda escena en que se oigan el habla y los cantos de las personas y pueblos de que se trate).-
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