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Una radiografía del euskera

Es una auténtica radiografía de la lengua vasca. Después de haber recogido entre 4.000 y 5.000 horas de grabación, con un cuestionario de 2.875 preguntas realizadas a 319 personas mayores de 60 años procedentes de 145 pueblos de todo el territorio vascoparlante de las comunidades autónomas vasca y navarra y del PaísVasco francés, en catorce años de trabajo, el primer tomo del Atlas Lingüístico del País Vasco-Euskalherriko Hizkuntz Atlas (EHHA) está a punto para su publicación en la primera mitad de este 1999. Un trabajo ingente, impulsado por la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia, que recoge por vez primera y de forma sistemática el estado de la cuestión del euskera y sus dialectos, con especial atención al léxico, después de cerca de un siglo de intentos fallidos. Con la edición de esta obra, el euskera entra en el estadio superior de los estudios lingüísticos. Todas las lenguas tienen su correspondiente atlas que refleja el estado del idioma en sus más pequeños detalles. En los atlas aparecen reseñados los distintos modos de nombrar los objetos, los fenómenos atmosféricos, los oficios, las plantas, los animales... En fin, todo lo que conforma el mundo tradicional en cada localidad, comarca o valle del territorio estudiado. En español, son conocidos los Atlas Lingüísticos de Canarias, Andalucía o el de Navarra, Aragón y La Rioja. El francés tiene atlas generales y de regiones, y el catalán ya va por la elaboración de su segundo atlas. Sin embargo, la lengua vasca carecía de esta investigación pormenorizada, que reúne no sólo las distintas formas de llamar a la misma cosa (por ejemplo, zuhaitz, zuhatz o arbola para el concepto "árbol"), también sus variaciones fonéticas, peculiaridades gramaticales, refranes o costumbres vinculados a la cosa por la que se pregunta. Las tareas del EHHA se iniciaron en 1985, cuando Euskaltzaindia crea una comisión dirigida por el académico de número Beñat Oiharzabal para diseñar el proyecto de trabajo. Aunque la elaboración de un atlas lingüistico es propio del ámbito universitario, fue la Academia vasca la que tuvo que poner en marcha esta iniciativa, dada la juventud de la Universidad del País Vasco. 2.857 preguntas Una vez creada la comisión, se pasó a redactar el cuestionario. En total 2.857 preguntas, de las que 2.100 se refieren al léxico y el resto a cuestiones gramaticales. El siguiente paso fue la elección de los investigadores que llevarían a cabo el trabajo. Tenían que recorrer en los siguientes años 36 pueblos de Vizcaya, otros tantos en Navarra y en Guipúzcoa, 45 en el País Vasco francés y uno en Álava (Aramaio). Y así comenzó un arduo trabajo que ha llevado a los encuestadores a charlar 25 horas con cada uno de los 319 informantes. La elaboración del cuestionario tuvo sus complicaciones dadas las peculiaridades del euskera. Gotzon Aurrekoetxea, que ha llevado la coordinación del proyecto con el también académico correspondiente Xarles Videgain, comenta la dificultad que tiene en euskera conseguir un lexema, una raíz concreta. "Para entendernos, si se pregunta cómo se dice casa, pueden responder "etxea", por lo que hay que preguntar: "¿y cinco casas?". La respuesta será "bost etxe". Ahí queda determinado que la raíz es "etxe" y que "-a" era un sufijo". Y todo esto, asunto por asunto. Se ha trabajado en 85 temas diferentes. Se comienza con los insectos, para seguir con los peces, anfibios, pájaros, animales salvajes y domésticos, el firmamento, el tiempo atmosférico, la orografía, la vegetación, la casa (desde su estructura hasta los utensilios), las labores de campo (sus herramientas y sus cultivos), la elaboración de alimentos, la comida, los tejidos, las partes del cuerpo, el vestuario... Y no podían faltar los conceptos más abstractos, referentes a creencias, o los oficios. Se han buscado todos los aspectos de la cultura tradicional. "Y sin querer, sólo se nos ha quedado fuera un campo, el militar. Nos dimos cuenta al terminar el cuestionario. Aunque es un rasgo habitual en otros atlas, quizás porque es un ámbito técnico", comenta Gotzon Aurrekoetxea. El EHHA incorpora los últimos adelantos en el campo de la edición y las artes gráficas. Además de utilizar un formato más reducido que los atlas tradicionales, lo que facilita su conservación y consulta, los mapas aparecen en color y está diseñado de tal manera que permite varias lecturas. La información de cada palabra aparece en dos páginas enfrentadas. En la de la derecha se ve el plano de la zona vascófona con sus divisiones municipales y, en diferentes colores, aparecen señaladas las zonas correspondientes a cada forma de expresar un concepto. En la página de la izquierda, en el alfabeto fonético internacional, aparece transcritas las expresiones concreta de cada uno de los 145 pueblos, según se ha recogido de cada encuestado. Así, por ejemplo, en el mapa correspondiente a "pulga" en español, se puede ver cómo en la zona occidental se dice "ardi" (la correspondiente a Vizcaya y una parte de Guipúzcoa), mientras que en el resto, con sus variantes, se utiliza "arkakuso". La realización del EHHA ha permitido también la recopilación de numerosas canciones populares, cuentos y relatos mitológicos. Mientras se continúan ordenando y sistematizando todos estos datos, sí se tiene claro que en breve se publicará una antología de textos de cada localidad con una grabación de tres o cuatro minutos en la que se recoge el relato del encuestado correspondiente.

El final de un maleficio

La publicación del primer tomo del Atlas Lingüístico del País Vasco (EHHA), con unos 500 mapas, pone fin almaleficio que ha rodeado esta iniciativa desde hace casi un siglo. Aunque el primero que sistematizó los dialectos del euskera fue el príncipe Bonaparte, sobrino de Napoleón y uno de los reivindicadores de la lengua vasca en el XIX, no fue hasta 1912 cuando se puso sobre la mesa la necesidad de elaborar un atlas lingüístico. Ocurrió en la sede del Círculo de Vascólogos de Baiona y la iniciativa no prosperó. En los años veinte Resurrección María de Azkue elaboró el llamado triple cuestionario, que estaba más destinado a la configuración del euskera batua que a la descripción de los distintos dialectos, como se puede comprobar en la edición de esta obra realizada por Ana Mari Etxeide, filóloga de la Universidad de Navarra que también ha participado en la elaboración del atlas. Ya en 1951, desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con presencia de Luis Mitxelena, se comenzó a trabajar en un proyecto que tampoco salió adelante, al igual que el del hispanista alemán Steiger, una década después. En 1980 Mitxelena elaboró un anteproyecto, truncado con su fallecimiento, que sería el antecedente inmediato del actual atlas dirigido por Beñat Ohiarzabal. Este retraso ha permitido, al menos, elaborar un cuestionario en el que se recogen todas las aportaciones que han ido incorporando los distintos atlas elaborados en Europa, como el concepto de propuesta. Así, por ejemplo, si se le pregunta a un informante vizcaíno cómo nombra los días de la semana, para decir viernes, sábado y domingo, responderá "barikua", "zapatua" y "domeka". Entonces se le hace la propuesta de si conoce "ostirala", "larunbata" e "igandea". Según su respuesta, el encuestador se interesa por la procedencia de esta segunda palabra, si la decían sus padres o abuelos, si procede de la televisión, del pueblo de al lado, etc. De esta manera se obtiene una información adicional sobre el estado de la lengua.

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