¿Despegará Foronda?
El aeropuerto de Foronda cumple este mes 19 años y, tras casi dos décadas, no ha encontrado todavía una clientela fija. Sí se ha consolidado como un inmenso almacén; su terminal es la tercera que más carga maneja en España. Pero faltan personas. Es como una estación de autobuses sin tránsito de viajeros; sólo con maletas. La compañía ERA (European Regions Airlines), de capital alavés y mallorquín, lleva un mes intentando probar lo contrario: que el aeropuerto de Vitoria es rentable para el tráfico de pasajeros. En este tiempo sus aviones Embraer, con capacidad para 50 pasajeros, han tenido una ocupación media del 17,6%, un índice mayor del que preveía. La nueva compañía ha resucitado el debate sobre Foronda. Desde su construcción, el aeropuerto ha visto desfilar un sinfín de firmas, que llegaban y marchaban. ¿Por qué? Los responsables de la gestión del aeropuerto aluden a "estrategias comerciales" de las compañías aéreas y las agencias mayoristas para explicar el trasiego. "Los pasajeros", afirma el portavoz de la terminal, Andrés Sebastián, "van adonde hay más oferta". Y evidentemente Foronda carece del flujo de, por ejemplo, su vecino Sondika. Pese a todo, él sostiene que Vitoria tiene un potencial de 250.000 pasajeros al año, es decir, el mismo número que habitantes tiene la provincia. Múltiples factores Otros sectores se expresan con más cautela. El director de área de Air Europa, Enrique Hernáez, empresa que operó en la terminal vitoriana hasta 1997 (empezó con vuelos chárter en 1987 y, con regulares en 1994), entiende que el problema radica en muchos factores. "Hay que verlo desde una perspectiva global. Primero depende del entorno, ya que Foronda está situado en una zona con otros tres aeropuertos y mueve una densidad de población menor, y también menos negocios, menos industria. Influye incluso la falta de aviones. Ahora una compañía quiere comprar un avión y no se lo entregan hasta dentro de cuatro años. Y también hay pocos pilotos", enumera Hernáez. Evidentemente, despegar las posibilidades comerciales de Foronda no es tarea sencilla. ERA es la enésima compañía en intentarlo. Antes lo procuraron Iberia, Aviaco, la propia Air Europa e incluso Euskal Air, la compañía vasca que quebró en 1992. Su caída en sólo tres años se produjo debido a que el Gobierno vasco no aportó un capital con el que se contaba y a que los aviones no tuvieron la rentabilidad esperada. Ahora sólo operan Air Nostrum -con bandera de Iberia- y, desde el 4 de enero, ERA. Hasta finales de enero utilizó un solo aparato, con dos vuelos diarios a Barcelona, y uno a Sevilla y Londres, y los fines de semana, a Palma de Mallorca. Desde febrero se ha sumado otro avión a la flota, para vuelos chárter y trayectos internacionales a Stuttgart destinado a empleados de Mercedes. La compañía, en cambio, ha tenido que posponer el inicio de sus vuelos a París con ese mismo aparato por dificultades internas. Después de un mes, la compañía está satisfecha. Su índice de ocupación se reduce al 17,6%, aunque supone dos puntos y medio más del 15% previsto para ese periodo en su plan de viabilidad. En enero viajaron 1.300 personas en su reactor Embraer de fabricación brasileña, parte de cuyos componentes los fabrica la empresa vitoriana Gamesa. "La primera semana fue más difícil, como es habitual, pero día a día hemos ido mejorando hasta alcanzar un nivel que nos permite ser optimistas", admite Salvador Vila, consejero delegado de ERA. Los expertos intuyen que el reducido tamaño de los aviones puede beneficiar el arranque de ERA. Hasta ahora se había operado siempre con aeronaves de unas 150 plazas, excepto los Fokker de Air Nostrum. Desde la competencia, entienden que el aeropuerto "irá para arriba", adelanta Hernáez. "Foronda puede funcionar con vuelos regulares de baja intensidad de tráfico, pero eso implica que los aviones tienen que ser pequeños". Normalmente, aunque varía según cada caso, una compañía rentabiliza sus vuelos regulares a partir de una ocupación del 60%. No obstante, habrá que esperar al menos medio año para comprobar las perspectivas de futuro de la nueva compañía operadora y de la terminal de pasajeros. "No sería extraño que en unos años le echara los tejos a ERA una compañía grande", pronostica un optimista portavoz de Foronda.
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