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La policía centra las sospechas sobre la explosión de Salou en el jubilado fallecido

Los agentes de la Guardia Civil que llevan a cabo las investigaciones sobre el caso del jubilado muerto el sábado en una playa de Salou (Tarragona) mientras manipulaba un artefacto casero no pudieron conseguir ayer la correspondiente autorización judicial para registrar la vivienda que el fallecido poseía en la localidad de Manresa (Barcelona). Los agentes esperan encontrar en el apartamento alguna prueba explícita que relacione al fallecido, José Manuel Sarmiento, de 63 años, con la colocación de la bomba y el envío a los patronatos de turismo de Salou y Cambrils de sendas misivas exigiendo el pago de 100 millones de pesetas y amenazando con hacer explotar artefactos en las playas de estas localidades de la costa. Fuentes de la investigación informaron ayer que les fue imposible sacar adelante los trámites para obtener la correspondiente orden judicial y expresaron su temor de que este retraso pueda perjudicarles en la resolución del caso. A estas alturas, la Guardia Civil tiene pocas dudas de que fue Sarmiento la persona que fabricó el artefacto explosivo y pretendía colocarlo en las rocas contiguas a la playa. El propio alcalde de Salou, Esteve Ferran, sin culpar directamente al fallecido, sí indicó que hay indicios de que manipuló el artefacto.

Los taxistas de una parada de taxis que hay junto a la playa han declarado a la Guardia Civil que vieron como la víctima portaba un objeto sospechoso momentos antes de la explosión. Los agentes procedieron ayer a tomar declaración a la esposa y a la hija de Sarmiento, aunque no trascendieron sus manifestaciones.

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