_
_
_
_
_

La Guardia Civil tiene más de 31.000 "fichados" por tráfico de tabaco

En los archivos de la Guardia Civil en Andalucía están almacenadas las fichas de algo más de 31.000 personas relacionadas con el tráfico o la venta ilegal de tabaco. Esta cifra, que incluye desde el matutero que pasa un par de cartones al contrabandista de toneladas, deja entrever que, en la comunidad, más de 100.000 personas comen de esta actividad al margen de la ley. La sección de Investigación Fiscal y Antidrogas detuvo el pasado año en Andalucía, Ceuta y Melilla a 73 personas, inculpó a 362 e incautó tabaco valorado en casi 500 millones de pesetas.

Es un contrabando peculiar, casi anacrónico. El tamaño de los paquetes de tabaco hace que los volúmenes que se tienen que manejar de manera ilegal sean engorrosos en su manejo y difíciles de esconder. Pero tiene dos ventajas: un público fiel y numeroso y que está penado como un delito fiscal, no contra la salud -como el tráfico de drogas-, por lo que las condenas que reciben los cazados in fraganti son, para muchos, menores. Andalucía es una zona bastante propicia para este negocio ilegal. El pasado año, tan sólo la Guardia Civil detuvo a 73 personas. Otras 362 fueron inculpados, ya que la cantidad de tabaco de contrabando que se les encontró estaba valorada por debajo del millón de pesetas y supone tan sólo una infracción administrativa. Se incautaron casi tres millones de cajetillas, valoradas en 496 millones de pesetas. Un año "normal" Según los agentes encargados de estas investigaciones, ha sido un año "normal", con pocas variaciones, arriba o abajo, con respecto de los anteriores. Por provincias, es Sevilla la que lidera en todo, con 40 detenidos y 1.800 cajetillas incautadas. En la capital andaluza es donde existen las bandas más organizadas en este tipo de negocio, que cuentan con las suficientes infraestructuras para despistar, almacenar y distribuir las toneladas de tabaco sin meter demasiado ruido. Le siguen Málaga, Melilla y Cádiz. En el resto de España despuntan por el número de delitos relacionados con el contrabando de tabaco las provincias de Lerida (frontera con Andorra), Valencia y Badajoz. El contrabando de tabaco es una actividad muy organizada y que saca jugo de las normativas para facilitar el comercio entre los distintos países. En la gran mayoría de los casos, el tabaco procede de Estados Unidos. Muchas de las veces son las cajetillas destinadas para la exportación a países del Tercer Mundo o a los países de Europa Oriental, que no reúnen los altos requisitos de calidad impuestos por las autoridades estadounidenes. Bien las hebras están muy secas, pasadas de fecha o se han utilizado insecticidas y conservantes no autorizados. El comienzo es legal. Un representante de una tabaquera estadounidense en un país africano o del este de Europa, fundamentalmente, compra un cargamento que le llega por vía marítima a uno de los numerosos depósitos fiscales existentes en los puertos de toda Europa. Una vez ahí obtienen el llamado T-1, o lo que es lo mismo; el pasaporte para trasladarse por el territorio de los países que firmaron el pacto de Schengen hasta llegar a otro puerto franco. "Como en un juego de parchís que van saltando de seguro en seguro", asegura uno de los agentes fiscales. En uno de estos saltos entre depósitos fiscales es cuando el tabaco se despista, deja su contenedor e inicia su largo viaje hasta el vendedor del semáforo. Una vez en la aduana, estos contenedores (más vacíos que llenos) salen y el funcionario de alguna empresa fantasma en Gabón o Bulgaria envía la correspondiente comunicación de la llegada del tabaco y el puerto franco que recibió el cargamento desde América cierra la carpeta. Controlar todos los contenedores que salen de los puertos sería imposible por el número e, incluso, contrario a las normas de comercio internacional. Acabar con este negocio es prácticamente imposible. Lo reducido de las penas y los grandes beneficios (en origen, 500 cajetillas valen 45 dólares -7.000 pesetas-, y en el mercado 200.000) han conseguido que miles de andaluces coman de este delito fiscal. Además, "el vendedor de tabaco no esta marcado como el de droga, es un vecino más", se queja un agente encargado de combatirlos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_