Amas de casa
Ante la sucesión de aberraciones en forma de sentencias judiciales que parecen más bien sacadas de un Manual del sarcasmo que de la vida real, y que insisten en denegar pensiones de invalidez porque el trabajo doméstico no supone esfuerzo físico alguno (la telequinesia aplicada a la escoba: ¡admirable, sus señorías!), propongo para un sector de la carrera judicial perfectamente reconocible (y, por extensión, para todo macho con carnet de déspota), con carácter obligatorio y retroactivo, la inscripción en un curso intensivo de tareas del hogar (aunque más de uno reventaría con media jornada). Y puntuable, faltaría más.- (y unos cuantos millones de firmas más).
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