Carnaval, carnaval
DE PASADAAhora que Isa Tocino ha abandonado su querencia por los disfraces (al menos en público), florece la pasión de la consejera Carmen Calvo por emular a la que un día era grácil pastorcilla y al otro motera heavy (si Tocino se hubiera presentado de esa guisa al casting de La última seducción no se habría entronizado a Linda Fiorentino como mujer fatal). Calvo no es menos. Ya insinuó aires el día que se retrató en este diario con aire de musa del existencialismo francés. Ayer sólo corroboró lo que podía barruntarse, ataviada de ibera ante la antigua cárcel de Jaén, Calvo demostró que supera a la ministra del ambiente con osadía. Incluso cantó "unas letrillas". ¿Tendrá efectos políticos? ¿Se trasladará la final del Gran Teatro Falla al Ex Gran Penal de Jaén? ¿Crearán los consejeros una chirigota que atienda por Desmontando a HoseMari para medirse con Okupas Reformistas, la formación carnavalesca que preparan en secreto las huestes populares? ¿Seguirá Ayala en el Betis? ¿Se suspenderán los concursos de misses porque Rosalía Martín, edil de IU en El Ejido (Almería), se ha negado a asistir a uno de esos certámenes donde miden las curvas femeninas e ignoran el tamaño de la materia gris (perdón: ya se me ha escapado el tópico de la guapa tonta)? ¿Estará la verdad ahí afuera o la respuesta en el viento? De momento hay algunas pistas. Javier Clemente, técnico bético, ha dicho que Celso Ayala es un "caradura" y, si quiere irse, que pague. "¿O se cree que aquí todavía andamos con plumas?", Clemente dixit o ladrit. Da la casualidad que sí, que no hay más que caer fulminado ante el televisor para ver los plumones que gasta el personal en esta época (especialmente vistosos en Tenerife). Menuda semana la de Ayala, que ayer "rindió visita" (cita de Europa Press) a Ruiz de Lopera. Rendir visita debe estar a medio camino entre rendir honores y caer rendido. ¿O implicará una rendición total? También a Javier Arenas le rinden cosas sus correligionarios. Ayer, en un homenaje en Gines (Sevilla), se le rindieron incondicionalmente. Y ni con ésas lograron sonsacar al número dos del centro reformista español quién será el o la número uno del centro reformista andaluz. Arenas, un pizpireto de la palabra, se mostró como un inocente de la política. Dijo que él, pese a proponer el nombre, no decidirá nada. O sea, que no se rindió. TEREIXA CONSTENLA
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