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El problema de las minas

De África a Asia, de Suramérica a Europa, en las entrañas del mundo hay por lo menos cien millones de minas antipersonas sin explotar. Pero se trata de un cálculo prudencial, porque, según los expertos, las minas sin explotar podrían ser incluso el doble. Contarlas es casi imposible, casi tanto como neutralizar las, ya que los costes de esta operación son prohibitivos, sobre todo para los países más pobres. Lo que por desgracia es cierto es que estas minas (...) pueden matar o por lo menos mutilar a los pobres desgraciados que tienen la mala suerte de pisar una de ellas. (...) Desde hace tiempo, se discute sobre la prohibición de este armamento. El Congreso italiano ha aprobado finalmente la ratificación del tratado de Ottawa que prohíbe la utilización, el almacenamiento y la producción de las minas antipersonas. (. . .) Pero si las minas antipersonas han sido prohibidas, no pasa lo mismo con las antitanques. Y, para los pacifistas, esto no significa nada más que una forma de burlar la prohibición de producirlas. Al mismo tiempo que en Italia (...) se discutía sobre la abolición definitiva de este tipo de armamento, desde Yugoslavia llegaba la noticia de que los serbios habían colocado decenas de miles de minas antipersonas a lo largo de toda la frontera entre Kosovo y Albania para impedir que los guerrilleros del ELK reciban fusiles y cañones, y eso que Yugoslavia fue uno de los 123 países que votaron por su prohibición total. Sea como sea, estos campos minados ya han hecho saltar brazos y piernas de decenas de personas. (...)

11 de febrero

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