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Zaplana niega que sea de interés general la dimisión de Ramón-Llin

Eduardo Zaplana ha desarrollado una tremenda capacidad para evitar el debate parlamentario de cuestiones espinosas. Pero ayer el presidente de la Generalitat llevó su técnica hasta el extremo. Ante una pregunta formulada por Albert Taberner, portavoz de Nova Esquerra, sobre su voluntad de comparecer para explicar ante la Cámara la reciente dimisión de María Ángeles Ramón-Llin, ex consejera de Agricultura, Zaplana se lanzó a una diatriba contra el transfuguismo político para negar legitimidad a Taberner y evitar mencionar la crisis del Consell. Zaplana esquivó un asunto que ha estado a punto de provocar la ruptura con sus socios regionalistas y negó, implícitamente, que la dimisión de Ramón-Llin sea un asunto de interés general que deba ser sometido a debate en las Cortes.PASA A LA PÁGINA 4

Zaplana carga contra el transfuguismo para eludir el debate sobre la dimisión de Ramón-Llin

VIENE DE LA PÁGINA 1 Albert Tabener, portavoz de Nova Esquerra, inquirió al presidente sobre su "voluntad de explicar" la reciente remodelación del Consell, a raíz de la dimisión de Ramón-Llin. Tabener recordó que a lo largo del pasado mes se han producido dos importantes cambios en el Consell de la Generalitat, en las carteras de Agricultura y Educación, y preguntó a Zaplana: "¿Considera estos casos de interés general?". También pidió un ejercicio de memoria: "Un día era de interés general que Ramón-Llin permaneciera en el cargo y 48 horas después era de interés general que lo dejara". En cualquier caso, el interés general era evidente. Zaplana, fiel a su táctica, se agarró a la cuestión semántica y evitó responder. Considerada estrictamente, la última remodelación del Consell no refiere al relevo de Ramón-Llin sino al de Francisco Camps, por Manuel Tarancón. El presidente acusó a Taberner de perder una oportunidad de tratar asuntos de interés general: "Ha desperdiciado la ocasión y ha cambiado la pregunta para hacer el juego de altos vuelos al que está acostumbrado". Taberner, desencantado ante la falta de respuesta, apenas si comentó: "La sociedad valenciana ha vivido una situación crítica que usted no ha sabido controlar, pero ya sé que no estamos todos a su altura". El presidente empezó por reflexionar sobre su condición de estrella en el Parlamento autonómico y acusó a los diputados de sufrir una especie de "esquizofrenia". "Les excita tanto mi presencia como mi ausencia". Invocó luego la Ley de Gobierno Valenciano para trasladar a José Joaquín Ripoll, consejero de Presidencia, las explicaciones pertinentes sobre los cambios en el Consell y cerró su discurso con un encendido ataque contra el transfuguismo político entre las carcajadas y protestas de los bancos de la oposición, que recordaban el origen de la carrera política del actual presidente de la Generalitat. Zaplana comenzó en tono reflexivo. "Cualquier persona puede evolucionar". Pero cambió el tono inmediatamente. "Lo que no se puede hacer es utilizar el escaño que sacó como representante de un grupo para apoyar a otro". El pateo fue creciendo de intensidad. "Se habla mucho de tránsfugas". El volumen de las protestas obligó a intervenir al presidente de las Cortes para pedir silencio. Zaplana aseguró que jamás "habría traicionado a su electorado" ni "dinamitado ningún grupo político". Para concluir: "Usted no tiene legitimidad moral para ser el Pepito Grillo de esta Cámara". La cuestión, una vez más, quedó en el aire.

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