López Iturriaga se bate en el "ring"
"Por mí, ya estamos", le grita Juanma a la regidora. El ring ocupa ya la parte central del estudio y todo está listo para continuar con la grabación del concurso de ETB-2 Todo o nada. Los aplausos forzados de una treintena de jóvenes de Durango preceden al estridente sonido de una campana que indica el comienzo del asalto. Por primera vez en la peculiar historia de los concursos, el presentador mide sus conocimientos, cara a cara y en igualdad de condiciones, ante un concursante que ha llegado hasta la final después de dejar en la cuneta a nueve oponentes. El concurso no es nuevo. Su tramo final sí. Juan Manuel López Iturriaga no es un presentador corriente. Sus superiores le sugirieron la posibilidad de mostrar toda su sabiduría o quedar en evidencia ante las cámaras y él aceptó. Entre otras cosas, cuenta el director de programación la televisión pública vasca, José María Otermin, porque a menudo se quejaba de las preguntas que fallaban los concursantes. Y por falta de experiencia no será. En sus cuatro años al frente del concurso Rompecabezotas y su actual etapa en el Todo o nada, el popular presentador ha formulado la friolera de más de 80.000 preguntas. "Ha llegado mi hora de demostrar todo lo que sé", señala con ironía este bilbaíno que presume de "fantasma". Lejos de las cámaras, el guionista del programa pronuncia una a una, y en el tiempo que dura el asalto (tres minutos), las preguntas que ponen a prueba a los dos contendientes. En esta ocasión, el joven concursante, que lleva 50.000 pesetas acumuladas, ha podido con él. Se lo toma en serio. Se rasca la cabeza, piensa y falla. Se nota que Iturriaga es un aficionado a los concursos y le encanta la competición. Se molesta cuando pierde, como le ocurría cuando se enfrentaba al Barcelona o cualquier otro equipo en su etapa como jugador de baloncesto. "Llevo cinco programas grabados y he ganado en tres ocasiones", bromea ante los periodistas que le han visto perder en un intento por salvar su imagen. Su contrato con la productora Globo Media le obliga a viajar cada dos semanas hasta la capital guipuzcoana para grabar diez programas. A Iturriaga le encanta andar a caballo entre San Sebastián, Bilbao y Madrid: "La mezcla de las tres sería la ciudad perfecta". No para. Desde que dejó las canchas de basket, se ha convertido en todo un fenómeno mediático. Además de trabajar para Euskal Telebista, "la que me da de comer", presenta los programas de Tele 5 Inocente, Inocente y Lo que hay que ver; colabora con este diario desde 1985; e interviene en el programa radiofónico El penalty, que dirige José Joaquín Brotons. Su compañera profesional Juanma comparte presentación con la espigada Silvia Sola. Es su compañera profesional. Llevan más de cuatro años compartiendo pantalla y eso se nota. "Entre nosotros hay una química especial. Ni siquiera preparamos nuestras intervenciones porque nos conocemos muy bien". El rigor de la cámara es incapaz de modificar esa naturalidad que les caracteriza. Por eso, Juanma y Silvia forman una pareja televisiva que conecta con el espectador. El asalto ha concluido. El público sale despavorido del estudio al que tendrán que regresar en apenas 20 minutos. Silvia se engancha al cigarro mientras Juanma discute con el concursante que le ha vencido por 8-3. Todavía cree que sus preguntas eran más fáciles. Lejos del bullicio y griterío del público, el estudio se queda totalmente vacío, en silencio, en apenas unos segundos. Los presentadores se cambian de ropa para simular un nuevo día y, en esta ocasión, debido al temporal, el público repite. Los jóvenes de Tafalla que debían relevarles, se han quedado atrapados por el temporal a la altura de Tolosa. Ya no hay tiempo para la espera. Comienza la séptima grabación. Así hasta cumplir la decena y poder tener enlatadas dos semanas de la nueva fase de Todo o nada.
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