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Blair presenta su drástico plan para endurecer el acceso a los subsidios y ayudas sociales

El Gobierno británico anunció ayer una serie de medidas drásticas encaminadas a recortar el gasto en la Seguridad Social y a eliminar muchas de las facilidades que hasta ahora disfrutaban los ciudadanos del Reino Unido y residentes extranjeros para obtener diversos subsidios. Esta decisión responde al anuncio del primer ministro británico, Tony Blair, de terminar con la cultura de "recibir algo a cambio de nada".

El recorte no ha cogido por sorpresa a nadie. Ya el pasado mes de septiembre el líder laborista advertía que "es mejor ser impopular que equivocarse". Cuatro meses después ha pasado a la acción. Las disposiciones presentadas ayer se basan en la filosofía de que "quien pueda trabajar, debe trabajar", eliminando de esta manera cualquier atisbo de un "derecho incondicional al subsidio". Esto significará que cerca de un millón de madres solteras, casi tres millones de incapacitados y 1.300.000 parados corren el riesgo de perder las ayudas que reciben del Estado. Todos ellos y cualquier otra persona que disfrute de algún tipo de subvención deberán acudir a entrevistas personales en las que se incentivará su reincorporación al mundo laboral. Los parados se exponen a perder parte de las ayudas en el caso de que rechacen ofertas que la Administración considere "razonables", o si no se presentan a las entrevistas de trabajo. Por el contrario, los discapacitados no perderán las ayudas -aunque deberán ir a las entrevistas- y tampoco se les forzará a aceptar un empleo. Además, el Gobierno animará a los trabajadores para financien una parte de su jubilación a través de fondos privados. El Ejecutivo británico estima que se ahorrará al año unos 300.000 millones de pesetas. "Se trata de un cambio radical en la cultura de la Seguridad Social", explicó ayer el ministro Alistair Darling, quien trató de quitar hierro a los recortes y señaló que las medidas presentadas responden al derecho de las personas "a esperar ayuda para regresar al mercado de trabajo y a tener seguridad si no lo consiguen". Sin embargo, Darling advirtió a continuación que esas personas "tienen la responsabilidad de aceptar la ayuda".

El Gobierno de Londres se propone también eliminar ciertos tipos de pensiones como la destinada a los "gravemente discapacitados" . También se reducirán las ayudas a los discapacitados que disfrutan de algún de seguro privado o sindical.

"En este momento uno puede solicitar un subsidio, obtenerlo y no molestar a nadie hasta que reciba la pensión", señaló Darling. "Pero esta actitud está causando problemas sociales y económicos; la gente quiere retornar al trabajo y nosotros facilitamos la ayuda y creo que es bastante lógico porque tenemos que terminar con la situación que vemos en muchos lugares del país, donde la gente está encerrada en la pobreza", añadió el ministro de Seguridad Social.

En unas declaraciones al rotativo londinense The Independent, Darling se expresó así de claro: "Tenemos que romper esta cultura, porque hay mucha gente [en paro] que puede trabajar, que bien puede mejorar sus vidas y las de sus familias y en este momento estamos creando las condiciones para que esto sea posible".

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