Compraventa de notas
Los profesores ecuatoguineanos viven en el filo de la navaja. No sólo por la constante vigilancia política a que se encuentran sometidos, sino porque pueden ganar unas 18.000 pesetas al mes y, circunstancia nada anormal, tener a su cargo una familia de más de 10 personas. Las dificultades económicas de los profesores provoca que se haya convertido en práctica habitual la compraventa de notas. Algunos alumnos pueden, si pagan, obtener la titulación. "No es simplemente algo que se sepa que ocurre, sino algo que toda familia se ve obligada a plantearse", cuenta Inés, cooperante.
La escasez de profesorado ha hecho que el Gobierno homologue como enseñantes a alumnos que están en los últimos cursos, pero, según diversos testimonios de ciudadanos y residentes en el país, los chicos no saben ni siquiera escribir correctamente en castellano, y sólo pueden equipararse al nivel de un 5º de primaria español.
Y quienes han comprado notas y títulos quedan pronto delatados en la vida cotidiana. "Cualquiera que se enfrente a alumnos de secundaria ecuatoguineana que ostentan buen currículo, constata de inmediato que su nivel real equivale sospechosamente al de chicos de primaria en España", indica Antonio, con experiencia docente en Guinea.
Faltan profesores, pero también centros. Y no se abren nuevos. La oposición lo achaca a la necesidad de control político por parte del Gobierno de Obiang, pero numerosos datos señalan como causa el hecho de que la paralización administrativa ha desembocado simplemente en el colapso, con lo cual ni se planifica ni se construye.
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