El bautizo culpable de la luz
El trabajo riguroso de Muraday y su empeño en elevar la calidad de la representación se ha notado con mucha evidencia en los logros obtenidos de su anterior y primer espectáculo a éste. De las tres coreografías dos eran estreno absoluto y De 9 a 3 se repetía como un complemento que hace mucha justicia al sentido total de la velada. Lo que se ve en escena es como un intercambio de miradas de donde salen rayos de luz y complicidad, y es precisamente esa luz la que da cuerpo y responsabilidad argumental a la última obra, Light off.Chevi Muraday no es solamente un bailarín lleno de plasticidad y de sentido del enlace entre movimientos, sino que posee sentidos dramático e irónico, dos cosas que hacen mucha falta para conseguir el todo teatral. En De tripas corazón hay ironía alrededor de la burocracia institucional y de los avatares del artista intentando conseguir una ayuda oficial para gestionar su creación, y esto sería sólo una anécdota, pero es parte de la realidad de la danza española contemporánea, aquí expresada con soltura y eficacia. Light off puede parecer un segundo acto y colofón de De 9 a 3, pues habla de la luz y de los efectos de la luz sobre el hombre, que a veces es un baño perfecto de iniciación y otras un golpe de acero sobre una nuca dolorida. En la coreografía hay un deje de relajación a la vez que de poso amargo, hay contundencia en los movimientos, hay una mímica actual y poderosa y hay un trabajo geometrista que se aviene perfectamente al excelente sonido techno. El aparato estético, de depurada factura (incluyendo el vestuario) está claramente inspirado en el expresionismo abstracto americano.
"De tripas corazón" (J
J. Johanson); De 9 a 3 (Blue Waters y Chemical Brothers); Light off (Gabriel F. Macarrón). Coreografías: Chevi Muraday. Luces: Toñio M. Camacho. Escenografía: Gabriel Carrascal. Vestuario: Total. Teatro Adolfo Marsillach. San Sebastián de los Reyes. Madrid, 7 de febrero.
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