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Las mujeres rechazan el trabajo a tiempo parcial, aunque la política de empleo lo impulse para ellas

Las políticas de empleo tienden cada vez más a potenciar el trabajo a tiempo parcial para favorecer la incorporación de determinados colectivos al mundo laboral, entre ellos las mujeres. Pero éstas no ven en la jornada reducida las ventajas y beneficios que las administraciones atribuyen a esta modalidad. Según un estudio basado en la última encuesta metropolitana de Barcelona, las mujeres rechazan trabajar a tiempo parcial, y las que optan por esta modalidad lo hacen porque no han encontrado otro empleo. Las mujeres afirman que la jornada reducida las discrimina.

El estudio, coordinado por Lucía Baranda y titulado Condiciones de vida de las mujeres de Barcelona, reconoce que el trabajo a tiempo parcial puede ayudar a la mujer a incorporase al mundo laboral. Pero añade que para el colectivo femenino esta modalidad laboral se convierte en un arma de doble filo, ya que la perpetúa en su condición de ama de casa y le recorta las posibilidades de promoción profesional, ya que entre los puestos de trabajo con horario reducido predominan los de poca cualificación. El trabajo se ha elaborado a partir de los datos de la última encuesta de la región metropolitana de Barcelona, correspondiente al año 1995. La consulta, que se realiza cada cinco años por encargo del Instituto de Estudios Metropolitanos, abarca toda la región, aunque Baranda ha centrado su trabajo en la ciudad de Barcelona y por ello ha analizado las respuestas de 1.111 mujeres de la capital catalana. Una de cada dos mujeres que trabajaban en horario reducido lo hace por obligación, ya que no ha encontrado un empleo a tiempo completo. Esto ocurre especialmente entre las mujeres jóvenes (una tercera parte de las que tienen empleo trabajan menos de 35 horas a la semana). El 70% de ellas asegura que ejerce este tipo de trabajo porque no ha tenido otra elección. A medida que aumenta la edad, crece el interés por el empleo a tiempo parcial para poderlo simultanear con las tareas domésticas. En el caso de los hombres que trabajan a tiempo parcial, las respuestas son muy distintas a las del colectivo femenino y permiten concluir que la mayoría de ellos han escogido voluntariamente esta modalidad laboral para compaginarla con otras tareas. La mayoría de los hombres que han optado por el empleo a tiempo parcial son menores de 30 años que combinan trabajo y estudios. El estudio elaborado por Lucía Baranda revela que el trabajo a tiempo parcial se ha extendido en la ciudad de Barcelona en los últimos años, muy especialmente entre el colectivo femenino. En 1990 el 12,6% de la población ocupada de Barcelona trabajaba en horario reducido, porcentaje que se elevó hasta el 17,5% cinco años después. Una de cada cuatro mujeres que trabajaban en 1995 optaron voluntaria o forzosamente por esta fórmula, mientras que en el caso de los hombres la proporción fue de uno de cada diez. Según la autora del estudio, los resultados de la encuesta demuestran que "no es cierto que las mujeres quieren trabajar a tiempo parcial, sino que prefieren, incluso en mayor medida que los hombres que están en esta situación, trabajar jornadas completas, por lo que éstas significan en cuanto a situación, posibilidades de promoción profesional y salario". La autora alerta que el empleo a tiempo parcial sea utilizado como "una excusa para que las mujeres sigan ejerciendo trabajos que, además de ser poco cualificados, perpetúan su papel de ama de casa". Baranda reconoce que la jornada a tiempo parcial es un buen instrumento de distribución del empleo que permite a muchas mujeres acceder al mercado laboral sin abandonar sus actividades en el hogar, pero añade que esta fórmula "tiene el peligro de marginar a las mujeres que quieren promocionarse profesionalmente, en la medida que este horario se les impone y no lo asumen como una elección personal". El estudio revela que el paro en Barcelona afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres (en 1995, el 18,4% de la población activa no tenía trabajo, porcentaje que se elevaba al 20,7% en el caso de las mujeres y hasta el 34,4% para las jóvenes), pese a que éstas tienen más formación. La contratación temporal de corta duración también se extiende más entre las mujeres que entre los hombres, lo cual resulta especialmente duro para aquellas que quieren tener hijos "porque en una situación de inseguridad contractual tienen muchas probabilidades de perder su trabajo".

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