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Hasta el amanecer

La mesa para la movida planteada por el presidente Chaves ha comenzado a dar sus frutos con la puesta en marcha de iniciativas locales destinadas a ofrecer alternativas de ocio a la juventud, como la practicada con cierto éxito por el Ayuntamiento de Gijón, que de nuevo demuestra su capacidad e iniciativa con su "Abierto hasta el amanecer". De hecho, las medidas planteadas en Gijón, ahora ejemplares, no son más que la evidencia de un nuevo fallo en el funcionamiento del mercado, en este caso para satisfacer las necesidades de ocio de la juventud. Sólo es necesario un pequeño ejercicio de simulación para ver hasta qué punto se muestra ineficaz el mercado. Supongamos un joven que se dispone a salir un viernes por la noche, en una ciudad como Sevilla, y pretende ir al cine, tomar alguna tapa y tomar una copa. Para ello necesita realizar cuatro trayectos de autobús, que le importan en el mejor de los casos unas 300 pesetas; el cine, 650 pesetas, y una bebida refrescante y palomitas, 300 pesetas; dos tapas y dos cervezas, 700 pesetas, y una copa, 600. En total, 2.500 pesetas, y ha ocupado unas cinco horas, hasta las tres de la mañana, que le han salido a 500 pesetas la hora. Y ello sin ningún exceso, sin ir al fútbol, ni al teatro, sin tener que tomar taxi porque no hay autobús y sin invitar al acompañante. Si lo multiplicamos por tres días y cuatro fines de semana, el resultado son 30.000 pesetas al mes. A poco que nos descuidemos, la mitad del salario mínimo. El resultado de dicha carestía no puede ser otro que la búsqueda de sistemas alternativos mucho más baratos como pueden ser: ver la tele en casa hasta las 12 de la noche, cenar y salir al menos un día de "botellona", que evidentemente se ha de realizar en la calle, porque, entre otras cosas, no se dispone de vivienda propia y los locales no permiten la entrada de productos. El mercado falla por su carestía y el joven lo único que hace es comportarse como el "homo económico" que nuestra sociedad promueve: maximiza su utilidad al mínimo coste. Por eso, la intervención pública se muestra a todas luces necesaria y la iniciativa "abierto hasta el amanecer" es un paso en el buen camino.LUIS ÁNGEL HIERRO

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