Peligroso retraso
Durante las 24 horas del día, mi abuela, de 80 años, vive conectada a una bombona de oxígeno por un problema de corazón y asma. La madrugada del pasado día 25 sufrió una crisis y su hija tuvo que llamar a una ambulancia del 061 para llevarla al hospital. En circunstancias normales, estas ambulancias tardan cinco minutos. En esta ocasión fueron casi 20. ¿La razón? Muy sencilla: gracias a las obras de la avenida de América, la calle de Indalecio Hernández está cortada desde Quintiliano (no se entiende por qué), así que la ambulancia tuvo que hacer todo tipo de peripecias para llegar, incluyendo una calle prohibida y pedir a un camión de basura que diera marcha atrás. Mientras, la anciana esperaba en el portal pensando que se le escapaba la vida. Gracias a Dios llegó al hospital a tiempo. ¿Hace falta que diga algo más? ¿O nuestro querido alcalde, señor Manzano, se dará por enterado?- . .
