Testigos confirman los malos tratos infligidos por cuatro guardias civiles

La Audiencia de Granada dejó ayer visto para sentencia el juicio contra cuatro agentes de la Guardia Civil y dos vecinos de Salobreña que en el verano de 1993 protagonizaron un altercado en una discoteca, tras el que todos resultaron heridos de diversa consideración. Los dos únicos testigos presenciales de los hechos -el guardia de seguridad y un camarero de la sala de fiestas- aseguraron en la vista que los agentes esposaron a los dos jóvenes, los tiraron al suelo y les golpearon. Los testigos corroboran la versión de los hermanos Mateo y José Luis I. M., cuya defensa acusa a los guardias civiles de los delitos de malos tratos, lesiones graves, detención ilegal, denuncia falsa y falta de lesiones y de injurias. Solicita para cada uno de los agentes ocho años de prisión, seis de suspensión y una indemnización que supera los 10 millones. Por su parte, el fiscal pide para los hermanos -en su condición de acusados- una pena de seis meses por un delito de atentado y tres faltas de lesiones y el pago de una camisa y del radio teléfono roto en el forcejeo. Los agentes declararon que los dos clientes de la discoteca opusieron resistencia al ser detenidos e insultaron, empujaron y golpearon a uno de los guardias. En ningún momento, los agentes llegaron a justificar la supuesta causa de la detención de los hermanos.