IMANOL ALBERDI FUNDADOR ASOCIACIÓN DE INTERNAUTAS "A Villalonga le quedan tres telediarios"

Imanol Alberdi (San Sebastián, 1967) se conectó por primera vez a la red hace cuatro años para asistir en directo al concierto que Luz Casal ofrecía desde la Plaza de las Ventas. No en vano él trabajaba en la radio fórmula. Ha sido durante más de 10 años la voz más reconocida de los 40 Principales en Guipúzcoa. Desde 1996 ocupa el sillón de director de Radio Irún, emisora de la Cadena Ser. Para él, que es un comunicador, Internet es el medio de comunicación más completo. Es un verdadero apasionado. Está convencido de la importancia que en un futuro inmediato va a tener la comunidad Internet. En España hay dos millones y medio de usuarios, mientras que en el País Vasco el porcentaje baja hasta situarse en un 4,9% de la población. Desde la asociación que fundó han promovido las huelgas para reclamar a Telefónica y el Gobierno el establecimiento de una tarifa plana. Pregunta. ¿Fue idea suya crear la Asociación de Internautas? Respuesta. Sí. Fue a las cuatro de la mañana del 23 de agosto. Yo había entrevistado a un representante de una de las plataformas de Internet y aquella noche le dimos forma a una nueva: el grupo tarifa plana (GTP). Creamos nuestra propia página y comenzamos a funcionar: un claro ejemplo de la inmediatez y poder que da Internet. Ese fue el germen de la asociación de internautas. Somos cinco personas en la junta directiva y de aquí a finales de año esperamos contar con 2.000 socios. P. ¿Cuántas horas puede pasar al día conectado a Internet? R. Ahora mismo, con la cantidad de e-mails que recibimos en la asociación (700 el pasado lunes) más las noticias que generamos, nos pasamos el día entero. Le dedico todas las horas que tengo libres, e incluso más. Requiere un esfuerzo especial, porque somos cuatro gatos. P. ¿Qué pretende la asociación? R. Además de rebajar las tarifas por engancharse a la red, que fomenten un desarrollo de ususarios. Fundamentalmente que las instituciones se crean esto de Internet y no contribuyan a aumentar el retraso tan importante que tenemos respecto a Estados Unidos. Por poner un ejemplo, estar conectado las 24 horas del día en España a Interenet cuesta 142.000 pesetas al mes. En Estados Unidos, eso mismo cuesta 3.000 pesetas. El tren de Internet no se nos puede escapar. P. ¿Existe alguna hora en la que apetezca especialmente conectarse a la red? R. No se trata de eso. Para los que estamos tan metidos, Internet forma parte de nuestra vida de una forma natural. Es una herramienta que acaba plenamente integrada en tu vida. Está, te acompaña y te ayuda. Y además te permite estar en tu casa, en gallumbos y en zapatillas. Igual no somos los usuarios tipo, pero seguro que en el futuro se parecen mucho a lo que comento. Internet será como el teléfono hoy en día: imprescindible. De hecho, ésta es la revolución del próximo siglo. P. ¿Qué incidencia tienen las huelgas que promueven desde su asociación? R. A mí me consta que están hartos. Es más, en los mentideros económicos se rumorea que a [Juan] Villalonga [presidente de Telefónica] le quedan tres telediarios. No digo que caiga por nosotros, pero seguro que algo tenemos que ver en el malestar de la gente que le rodea. Ésta es una operación lenta, de desgaste y, además, frente a dos monstruos: el Gobierno y Telefónica. Ahora bien, éste va a ser un tema de extraordinaria relevancia en las próximas elecciones. Sabemos que el Partido Popular lo va a incluir en sus programas, como de hecho lo está haciendo el PSOE. Los partidos no pueden despreciar dos millones y medio de votos. P. ¿No le resulta impersonal Internet? R. En absoluto. Los que fundamos la asociación nos conocimos cara a cara después de un contacto virtual. Es otra forma de relacionarse, con muchas más ventajas que inconvenientes. En estos cuatro años que llevo en Internet he hecho muchos más amigos que en toda mi vida social. P. ¿Cuánto gasta al mes por estar conectado a la red? R. Una indecencia [se ríe]. Una cantidad indecente, porque mi mujer también es internauta. Tenemos dos ordenadores, compartimos la misma línea y nos turnamos. La última factura que me llegó ascendió a 99.000 pesetas. Pero voy a seguir utilizándolo aunque me cueste la pierna.