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Las calles de Barcelona registraron 46 accidentes mortales en 1998

El número de conductores que perdieron la vida el año pasado, atropellados en las calles de Barcelona, demuestra que, contrariamente a lo que se suele pensar, no son sólo los peatones los que más se exponen al circular por la ciudad. De las 46 víctimas mortales registradas en Barcelona en 1998 en accidentes de tráfico, 16 eran peatones, 19 conductores y los 11 restantes pasajeros de los vehículos siniestrados. En un año en el que los accidentes de tráfico aumentaron en toda España, la capital catalana registró un número menor de accidentes y seis víctimas mortales menos que en 1997.

Sin embargo, las rondas, una vez más, se empeñan en contradecir contundentemente la tendencia general de la ciudad: en 1998, en estas vías rápidas fallecieron 11 personas, siete más que en 1997, y registraron un notable aumento tanto en el número de siniestros como en el de heridos. Las rondas cosecharon en 1998 el mayor número de accidentes con víctimas mortales de los últimos cinco años. Una vez más, la siniestralidad de un año tiene poco que ver con la del ejercicio anterior, de manera que impide a los expertos lanzar las campanas al vuelo al finalizar un año tan esperanzador como fue 1995, con cuatro víctimas mortales, seguido de otro en el que los fallecidos se elevaron a 10. En 1997 perdieron la vida en las rondas cuatro personas, mientras que en 1998 fallecieron los 11 citados. El número de accidentes también pasó de los 360 en 1997 a los 503 del año pasado. Francesc Narváez, concejal de Movilidad, dijo que estos aumentos no son atribuibles a ningún elemento concreto. Lo que año tras año se demuestra es que las rondas son las vías menos seguras de la ciudad y donde los excesos de velocidad pueden costar muy caros. Por otra parte, los ancianos continúan siendo el colectivo de la población más castigado por los atropellos. La mayoría de los peatones que fallecieron en las calles barcelonesas el año pasado eran de edad avanzada. También los motoristas continúan siendo uno de los grupos de riesgo por el alto número de siniestros en los que se ven involucrados. El año pasado fueron los accidente de conductores de ciclomotores quienes experimentaron un aumento del 16%. Los accidentes motivados por el exceso de consumo de alcohol bajaron el 24%, descenso que el Ayuntamiento atribuye a la intensificación del control de alcoholemia. Narváez hizo ayer especial hincapié en la disminución de los accidentes ocasionados por la caída de los conductores en vehículos de dos ruedas: en 1998 se registraron 661 accidentes por esta causa; el año anterior, 1.020. El Ayuntamiento considera que la tendencia a la baja del número de siniestros guarda relación con las actuaciones llevadas a cabo en los puntos negros de la ciudad. Cruces viarios Del centenar de cruces considerados críticos por su volumen de tráfico y de peatones que los transitan se ha trabajado en profundidad en 92 con cambios de señalización o del pavimento. En algunos de estos cruces, como el situado en la Gran Via con la calle de Roger de Llúria, se pasó de los 25 accidentes de 1997 a los 15 del año pasado una vez modificados los elementos que podían confundir al conductor. Otro punto crítico que el año pasado fue escenario de dos accidentes sonados, en los que sendos conductores arrollaron a peatones, es el de la calle Aragón con el paseo de Gràcia. El Ayuntamiento invirtió el año pasado 40 millones de pesetas en mejorar los puntos negros de la ciudad; este año tienen previsto destinar el doble a este fin incorporando sistemas que han dado buenos resultados en los países de más larga tradición en cuestiones viarias.

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