La simultaneidad GUILLEM MARTÍNEZ
La aportación de Speedy González al siglo XX. Ojeada a los cracks que, se supone, debo recordar. Por ejemplo, Kubala, a quien no recuerdo. Cuando yo era pequeño, Kubala era seleccionador y se dedicaba a perder contra Yugoslavia, un país que no digirió sus éxitos ante la selección española y acabó explotando. Pumba. Del Kubala jugador recuerdo unos cromos que salían en los chicles Dunkin de menta y de fresa, de lo que deduzco que el virtuosismo de Kubala era un preciosismo lento; es decir, sensible de ser reproducido en un cromo. Los recuerdos de Cruyff son más rápidos. Las fotos de Cruyff siempre son dos milésimas después del gol y con la pata levantada, tipo foto de Nijinski. El fotógrafo apenas ha llegado a tiempo de hacer una fotografía. Imagínense un cromo. Los recuerdos de Maradona son más veloces. Lo suyo es fútbol argentino, es decir, dramatizado. Si se fijan, por ejemplo, el rostro de Maradona es el rostro de futbolista más retratado del planeta. Su rostro -diversos dramas a lo largo de un partido- es una manera de captar lo que ya empezaba a ser difícil captar en esos momentos: su cuerpo creando un gol, es decir, belleza dramática. Con Romario, el mejor futbolista que usted y yo hemos visto en toda nuestra asquerosa vida, la velocidad se acentúa y la belleza se condensa, de manera que las imágenes fijas que disponemos de Romario son, mayoritariamente, celebraciones de gol. No ha habido tiempo de captar más. Con Ronaldo el fenómeno llega al límite. Ronaldo no acelera la belleza, como Romario, sino que directamente la sustituye por rapidez, de manera que la belleza que crea Ronaldo es, sencillamente, su rapidez. La belleza del fútbol consiste en su barroquismo. Con Ronaldo se llega al barroquismo de la rapidez. Es la instantaneidad, que es la antesala de la simultaneidad. Ronaldo es una metáfora de un mundo rápido en el que todo sucede a la vez y todo se explica a la vez y todo se entiende a la vez. La simultaneidad. Bueno. Celebración de la gala de la FIFA. Los chicos FIFA, los jugadores de la FIFA y los periodistas que hablan de los chicos y los jugadores de la FIFA se hospedan en el hotel Juan Carlos I. El vestíbulo del hotel está ocupado simultáneamente por personas noticiables, periodistas, noticias y un par de azafatas a las que dan ganas de saludar al grito de saludo de mi abuelo: "Señorita, usted nunca pasará hambre". Simultáneamente a esta realidad simultánea, en la primera planta se crea otra noticia. Una firma de neumáticos presenta el anuncio de un nuevo neumático. En el anuncio aparecen simultáneamente Ronaldo y un neumático. Por unos momentos, un neumático, Ronaldo, un hotel de luxe y la FIFA se relacionan en el espacio-tiempo, de lo que se deduce que tienden a ser la misma cosa. La vida es un lío. Se proyecta el anuncio. Instantáneamente empieza la rueda de prensa. Ronaldo responde a las preguntas que se le hacen sobre esa realidad depurada que es el fútbol con alocuciones del tipo queda-mucha-liga-por-delante. Son respuestas que, a primer golpe de oído, se podrían utilizar simultáneamente para todas las preguntas. Mientras, en otra sala, se ha iniciado otra rueda de prensa. En un pasillo, un jugador del Madrid ha empezado a hablar del Madrid, algo que no pasa desde hace una semana y que es otra noticia. Simultáneamente, 20 metros más al norte, otro jugador habla de la realidad ante la prensa. El árbitro de la simultaneidad. La cosa finaliza. Vestíbulo. Periodistas, jugadores, dos señoritas que nunca pasarán hambre y los chicos de la FIFA, que tienen aspecto de chicos del COI, aspecto de chicos que nunca pasarán hambre, aunque mantienen un aspecto morfológico completamente diferente al de las dos chicas que nunca pasarán etcétera. Los periodistas de deportes cubren una porción de la realidad a la que todo el mundo tiene acceso. La explican aportando parcialidad y subjetividad, que es lo que sucede cuando explicas la realidad a alguien. Son, pues, una metáfora del periodista. Una periodista deportiva me explica que Ronaldo, dentro de un par de horas, volverá a ofrecer otra conferencia de prensa. Ella irá a ésa. De entre todas las realidades simultáneas posibles, ha elegido ésa.
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