Los policías de barrio han contabilizado 1.000 coches abandonados en las calles de Valencia Los agentes denunciaron hace dos años varios vehículos que aún siguen en la vía pública
Valencia está rebosante de chatarra. Los agentes de la Policía de Barrio han contabilizado recientemente hasta 1.000 vehículos abandonados en las calles. Los policías aseguran que han pasado ya dos años desde que tramitaron las denuncias de algunos de estos coches herrumbrosos, pero las grúas siguen sin retirarlos de la vía pública. La Federación de Asociaciones de Vecinos se queja de que el servicio de grúas "es un desastre desde que se privatizó" y reclama que le retiren la concesión a la empresa Servicleop. El Ayuntamiento reconoce la gravedad del problema y alega que los depósitos no dan abasto por la lentitud de los trámites para reducir los coches abandonados a chatarra.
Las cifras aproximadas recogidas en sus patrullas diarias por los Policías de Barrio hablan de 190 coches abandonados en el distrito Marítimo, unos 200 en Benimaclet y Patraix, 150 en Benicalap, 100 en Abastos y Russafa, y otros 40 en Ciutat Vella. "De cada 15 reclamaciones que nos hacen los ciudadanos, 10 están relacionadas con los coches abandonados", comenta un policía de barrio, descorazonado, igual que otros compañeros, al comprobar que su tarea de denunciar estos coches "apenas sirve para nada". "La grúa se los lleva con cuentagotas, no más de 6 ó 7 diarios, cuando retira hasta medio centenar por cometer infracciones; a este paso necesitaría años para limpiar la ciudad", se queja otro policía de barrio. La presidenta de los vecinos de Valencia, Carmen Vila, denuncia que los barrios periféricos se han convertido en una "chatarrería" frente a la "pulcritud" de las calles de Cirilo Amorós o Colón. "Estos vehículos se usan como refugio para el trapicheo de drogas y como vivienda de indigentes", protesta Vila. "Muchos acaban quemados y son un peligro para los niños que entran a jugar allí, sobre todo los que están en las cercanías de colegios". Algunas calles son auténticos cementerios de coches. En una visita reciente, este periódico contabilizó entre cuatro y seis vehículos abandonados en algunos tramos de Santos Justo y Pastor, Pintor Maella o Jerónimo Monsoriú. Allí descansan las reliquias de la casa Seat (600, 124, 127...) junto a los Talbot Horizon, Renault 9 y otros vejestorios de cuatro ruedas. El entramado de callejuelas del Cabanyal está plagado de esqueletos de vehículos. También forman parte del paisaje habitual en Torrefiel, Marxalenes o en el polígono de la Fuente del Jarro. Algunos sólo tienen un neumático pinchado o un faro roto; otros están desguazados o carbonizados. "Dejación de funciones" Vila felicita a los policías de barrio por su labor y reconoce que "no pueden hacer más". En cambio, culpa al Ayuntamiento de cometer una "dejación de funciones" porque es "responsable de la limpieza y seguridad de la ciudad". La presidenta de los vecinos afirma que las grúas han llegado a cambiar de manzana un coche para acallar las quejas. Desde la Concejalía de Policía y Tráfico, Cristóbal Grau reconoce que el movimiento vecinal y los policías de barrio tienen razones suficientes para estar molestos por la "gravedad" del problema. Pero Grau le echa la culpa a "un grupo de vecinos insolidarios que abandonan sus vehículos en la calle sin darlos de baja", lo que dificulta los trámites para convertirlos en chatarra. Grau, asesor del concejal, explica que, por esta razón, los coches abandonados se van acumulando en los depósitos y los colapsan, por lo que Servicleop no puede retirar muchos coches de las calles, ya que apenas dispone de sitio para albergarlos. A pesar de todo, Grau alega que están retirando entre 1.200 y 1.400 vehículos al año (500 el verano pasado) y que intentan agilizar los trámites para convertir estos coches en chatarra en el menor plazo posible. Para lograrlo,desde el mes de agosto colocan pegatinas en esos vehículos para solicitar a sus dueños que los den de baja.
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