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Cirugía histórica

La plaza de La Corredera siempre ha tenido un atractivo especial: desde que se concluyó, en 1687, cuando acogía corridas de toros, hasta nuestros días. Antiguo escenario de autos de fe y refugio de todo tipo de gente, recibió su nombre de las juergas taurinas. Aún hoy, cuatro siglos más tarde de la construcción del primer soportal, hechiza a quien la visita. La Delegación de Obras Públicas de la Junta en Córdoba ha presentado esta semana las obras de recuperación de la plaza y su entorno. En total, 400 millones de pesetas que, unidos a otros 534 proyectados por la Delegación con anterioridad y a diferentes partidas previstas por el Ayuntamiento, harán que La Corredera recupere su pasado esplendor. El plazo de terminación de la obra es de dos años y saldrá a licitación a primeros de febrero. El proyecto de restauración de la plaza se remonta a 1985, cuando el Ayuntamiento y la Junta firmaron un convenio para la rehabilitación conjunta de La Corredera. Trece años más tarde, el acuerdo había quedado en papel mojado. En 1998 se rubricó un nuevo convenio que ha permitido la ejecución del proyecto y la colaboración entre ambas administraciones. Las actuación prevista en la plaza abarca la renovación del pavimento, alumbrado y mobiliario urbano, que se une a la restauración de la fachada y primera crujía, ya iniciada. Cuando acabe la obra, la fachada del recinto presentará el estuco original, perdido en 1959, al picar el Ayuntamiento las paredes para dejarlas de ladrillo visto. Además, se están recuperando algunas de las viviendas de la plaza. Aspecto éste de especial dificultad, ya que muchas se adosaron a edificios traseros y presentan complicaciones para actuar en ellas, al no tener la parte agregada rango de monumento histórico. La Delegación de Obras Públicas en colaboración con el Ayuntamiento ya ha terminado 27 viviendas que serán entregadas en las próximas semanas a residentes de la plaza y del casco histórico, atendiendo a las posibilidades económicas de los solicitantes. Junto a ello, el nuevo proyecto incluye el cambio de solería, de alumbrado y de mobiliario urbano, además de la renovación de las infraestructuras subterráneas de la zona. El acuerdo suscrito preveía que la Junta se ocupara de las obras en superficie, mientras que el Consistorio acometería las actuaciones en el subsuelo. El pasado 28 de diciembre, se llegó a un acuerdo para acometer ambas reformas de manera conjunta, facilitando así la gestión de la obra. Obras Públicas aportará el 60% de esta partida -pavimento y subsuelo-, con 289 millones de pesetas. El Ayuntamiento, por su parte, financiará el 40% restante, unos 170 millones. En el cambio de solería de la plaza se utilizará granito gris intercalado con mármol rosa. El suelo de La Corredera quedará todo al mismo nivel. Se pierde, así, la peana central que ahora abarca casi toda la plaza, vestigio de un antiguo mercado que ocupó el recinto en la primera mitad de este siglo. La restauración de La Corredera afectará además a las calles adyacentes, así como a la ermita del Socorro, anexa a uno de los arcos de entrada a la plaza. En definitiva, una inyección de más de 1.000 millones de pesetas para recuperar la plaza que ya enamoró a Pío Baroja y a la que se refirió en su novela La Feria de los Discretos: "...Allí toreó el señor Pedro Romero en compañía de Pepe Hillo cuando Carlos IV visitó la ciudad; allí se colocó la lápida de la Constitución, con gran entusiasmo, en 1823, y se arrancó y arrastró con furor, el mismo año; allí también los últimos verdugos de Córdoba, los dos juanes, Juan García y Juan Montano, maestros en el arte de guindar a sus semejantes, tuvieron bellas ocasiones de ejercitar la importantísima misión que se les había conferido...".

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