Desalojado un edificio por peligro de derrumbe en pleno Chamberí

Los habitantes del número 39 de la calle de Gaztambide (Chamberí) no tuvieron tiempo de recoger suspertenencias. Tras el repentino y progresivo deterioro de la finca, los bomberos ordenaron su rápido desalojo. Eso fue hace ocho días, pero ayer, los técnicos de la Gerencia de Urbanismo inspeccionaron el lugar y solicitaron el cierre del tráfico en los alrededores. El edificio puede venirse abajo.

Las primeras grietas comenzaron a aparecer el lunes de la semana anterior. "Al principio no le dimos mucha importancia, pero con el paso de los días comenzaron a salir más y las paredes se caían a trocitos", contaba ayer, todavía nerviosa, Marisa Municio, una joven habitante del segundo piso.Ante el rápido deterioro del inmueble, los vecinos llamaron a los bomberos y éstos colocaron testigos en las paredes para vigilar las numerosas grietas que aparecieron. El viernes la situación empeoró y, ante un posible derrumbamiento, se procedió al desalojo.

"Daba la sensación de que el techo se te iba a caer encima", contaba Marisa. La situación era tan delicada que nadie tuvo tiempo de sacar sus pertenencias de las casas. "Nos dijeron que no tocáramos nada, que sólo sacáramos lo imprescindible y nos fuéramos", explicaba Marisa.

Así comenzó la odisea para los habitantes del edificio, casi todos propietarios. La mayoría acudió a sitios vecinos, en casas de familiares o amigos. Ya llevan en esas condicioines casi una semana.

Gestiones de vecinos

Ayer, después de las gestiones que realizaron los vecinos, la Gerencia de Urbanismo se encargó de la finca, según contó a Efe el jefe de Protección de la Edificación de Madrid, Fernando Macías. De acuerdo con lo que explicó Pedro Gallardo, director del servicio de Protección Civil y Bomberos, el peligro ahora es que la fachada del edificio se hunda. Según Gallardo, las obras que se realizaron en un local comercial de la planta baja originaron las grietas en las plantas primera y segunda e hicieron que el muro de la fachada comenzara a aplastarse. Algunos propietarios observaron ayer, atónitos, las inspecciones que realizaron los técnicos. Una mujer, que no quiso identificarse, se lamentó de que un vecino suyo acababa de comprar el piso y "ni siquiera alcanzó a disfrutarlo". La planta baja estaba apuntalada, y se cerró al tráfico la calle de Gaztambide entre Fernando el Católico y Fernández de los Ríos y la calle de Fernando el Católico hasta Andrés Mellado.