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Los rebeldes liberan en Sierra Leona al periodista español Javier Espinosa

Ramón Lobo

El periodista español Javier Espinosa fue liberado ayer por la guerrilla de Sierra Leona cerca de las tres de la tarde, cuatro de la tarde hora peninsular española. Una hora y media después, en Wildforce -uno de los cuarteles de la fuerza africana de interposición (Ecomog) en Freetown- pudo ponerse en contacto con su novia, Cristina Fernández. "¡Menuda la que has montado!", le espetó. Mientras, la situación en el país sigue siendo compleja. Las tropas de Ecomog temen una nueva ofensiva guerrillera en Freetown

Eran las cuatro y media. Los mandos militares de Ecomog le interrogaron durante unos minutos y le entregaron un cuestionario sobre la organización, las armas y los mandos del Frente Revolucionario Unido (RUF) en la zona."Me han tratado bien, dentro de lo que cabe en una situación así", asegura el periodista de El Mundo. "Me dijeron que iba a ser liberado el martes por la noche, pero esta mañana (ayer) empezaron a contradecirse. Unos decían que sí; otros que había que esperar. A las once comenzamos a caminar. Tardamos unas dos horas en llegar a la carretera a través del bosque. Allí, apareció el coronel Rambo y un comandante. Después, tuve que caminar sólo durante una hora, acompañado de una mujer de Sierra Leona, a la que pusieron también en libertad. Cuando llegamos al control militar de Ecomog no hubo problemas, aunque se extrañaron de nuestra presencia. De ahí nos trasladaron a Wildforce".

Con barba de cuarenta y ocho horas, con la misma ropa que vestía el día de su desaparición y unos dos mil dólares de menos, que fueron robados por la guerrilla, Espinosa apareció pasadas las cinco en el hotel Cap Sierra.

"He podido ver a dos de las cinco monjas que aún mantienen en cautividad y a un hombre blanco con barca .Parece que están bien, pero no me dejaron hablar con ellos en ningún momento", asegura el periodista.

El obispo de Makeni, George Biguzzi, que sigue en Freetown tratando de obtener la liberación de las religiosas de las Hermanas de la Caridad, se puso ayer tarde en contacto con este enviado especial.

"Tenemos informaciones desde hace tre días muy confusas de que tres de las monjas han muerto por los bombardeos de los últimos días", dijo apesadumbrado. Las malas noticias de Biguzi, un hombre muy bien informado que lleva más de 25 años en Sierra Leona, son consistentes con la versión de Espinosa, pues él sólo ha podido ver con vida a dos de las hermanas.

La zona de Cline Town, cerca del puerto sufrió ayer un furibundo ataque de la guerrilla. Según informaciones confirmadas, en esa zona de la ciudad, hay duros combates. Si el RUF logra el control de este barrio del este de la capital, volvería a amenazar el centro de la ciudad donde se hacinan miles de refugiados.

Posible ataque

Los mandos de Ecomog mantienen que sus tropas controlan el sur de Kissy y la carretera que se dirige al interior. Pero otras informaciones, y la ofensiva de ayer, les demienten. Fuentes militares extranjeras en Freetown,que trabajan para Ecomog, son pesimistas: "No te vayas de la ciudad, porque esto aún no ha terminado, la guerilla va a volver a intentar la conquista de Freetown en los próximos días, aunque no creo que tenga capacidad para lograrlo".En las 53 horas que Javier Espinosa ha estado secuestrado por la guerrilla ha escuchado explosiones en la zona de Calabatown y Wellington, pero nunca se sintió amenazado. "Ellos parecen tener suficientes armas y municiones que logran de las emboscadas a las tropas de Ecomog. Muchos de ellos lucen insignias de este cuerpo de interposiciones, o amuletos de los kamajores [que también luchan junto al RUF]. Los rebeldes controlan por completo esas zonas", dice. Javier se encontraba anoche un tanto aturdido por las decenas de llamadas de España.

En la cadena SER, la primera en tenerle en directo, pronunció una frase importante: "La noticia es la guerra y todas sus víctimas, no yo". El periodista español sostiene que sólo se sintió en peligro en los primeros momentos del lunes, cuando uno de los rebeldes, muy joven, de unos 16 años, gritó: "Disparadles".

"Después se calmaron. Cuando Patrick Saint Paul se fue, fui ganándome su confianza. Diciéndoles que sería muy negativo para su imagen que me sucediera algo. Creo que ellos no están muy acostumbrados a tener periodistas en su poder. Cuando lo oyeron [al corresponsal francés] por la radio, se dieron cuenta de que era una arma propagandística. Se relajaron y cogieron confianza. Quería que les entrevistara a todos. Me dejaron incluso tomar notas".

Ecomog vivió la liberación de Espinosa con frialdad y prudencia. En un primer momento, el portavoz de esa fuerza africana de inteposición, el teniente coronel Chris Olukolade, acusó al periodista de El Mundo y su colega de Le Figaro de buscar el incidente. Saint Paul estuvo a punto de ser expulsado por Ecomog de Sierra Leona el martes por la tarde. Los dos periodistas de EL PAÍS, primero, y el propio Javier, después, le convencieron de que no había consignas, ni intenciones oscuras, que se había tratado tan sólo de un error.

Espinosa explicó que la guerrilla está formada por nucleos de combatientes que obedencen a un mando. En el caso de Rambo, que va tocado de un cinta en la frente, es el que manda en la zona de Wellington, que es donde se están produciendo las mayores atrocidades contra la población civil: amputaciones de manos y brazos, lenguas o gente que es forzada a meterse en sus casas, donde son encerrados y quemados vivos.

El hospital de Connaught es testigo diario de la llegada de decenas de heridos. Personas que han vagado durante días con heridas terribles para poder recibir atención médica. "Yo, al fin y al cabo, soy un afortunado, estoy vivo y entero", asegura Javier.

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