Premisas correctas. Conclusiones falsas
Acerca del artículo de Javier Sampedro publicado el 2 de enero, interpretando el artículo original Rule Learning by Seven-Month-Old Infants, de la revista Science, del 1 de enero, querría hacer algunas apreciaciones. Sin dejar de elogiar el gran espacio dedicado a un tema y un experimento tan interesantes, las interpretaciones del experimento y del artículo original no son sólo exageradas, sino fundamentalmente erróneas. El artículo de Science presenta un interesante experimento (por la edad de los bebés a los que se aplica) que corrobora que los niños usan reglas abstractas no secuenciales. Sin embargo, como bien se afirma en el artículo de EL PAÍS, "la investigación no puede discriminar si el sistema de generar reglas que usan los bebés es estrictamente lingüístico o pertenece a un mecanismo cerebral más general, que se encargaría de detectar patrones y normas generales": bastaría extender dicho experimento con notas musicales o con piezas de puzzles, resultado que preveo poco "espectacular" para cualquier madre.A partir de ahí, el artículo de EL PAÍS está lleno de afirmaciones desacertadas. En primer lugar, el artículo de Science no presenta sólidas evidencias a favor del innatismo de Chomsky, más bien al contrario, los niños son capaces de aprender patrones complejos desde los primeros meses de edad, lo cual les posibilita para prácticamente cualquier tipo de lenguaje. En segundo lugar, no parece muy contrastado el decir que "...han demostrado
por encima de toda duda razonable que el bebé emplea reglas sintácticas abstractas...", cuando somos muchos los que negamos dicha conclusión, entre ellos Jeff Elman -director del departamento de Ciencias Cognitivas de la Universidad de California-, quien tampoco tiene ninguna duda al decir que "(él, refiriéndose a Marcus, uno de los autores del artículo de Science) está equivocado manifiestamente" (ABC News, 31 de diciembre de 1998). Finalmente, se muestra un conocimiento obsoleto en redes neuronales y otras técnicas de aprendizaje automático, que son capaces desde hace años de aprender dichos patrones, sin estar "innatamente" programadas para ello. En resumidas cuentas, el artículo de EL PAÍS interpreta el de Science de una manera poco científica, más bien deportiva, como lo demuestra el descalabro final: "Después de Deep Blue, empate a uno".-
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