Sólo un rumor
Los mercados de valores están completamente dislocados. Sus reacciones son imprevisibles y difíciles de medir. Ayer, después de una mañana relativamente tranquila, corrió el rumor de que el ministro de Economía de Brasil había dimitido y se temió una nueva caída del real, lo que en Madrid transformó minutos una subida de 8 puntos en un recorte de 16.
De ser cierto el rumor, los inversores tenían razones sobradas para huir de los mercados, pero en las actuales circunstancias nadie se para a comprobar nada, sobre todo si llega acompañado de movimientos negativos en la mayoría de las bolsas. Una vez desmentido el rumor, apenas hubo tiempo ni ánimos para intentar la recuperación y el índice madrileño terminaba la sesión con un recorte del 0,67%, 5,76 puntos.
La contratación, a pesar de una apertura positiva y de los movimientos posteriores, quedó por debajo de los 1.000 millones de euros, 159.089 millones de pesetas, una cifra que se ha duplicado en tres ocasiones este mismo mes.
Los motivos del miedo de los inversores a los acontecimientos internacionales cuentan con una reciente experiencia que los justifica y mantienen una estrecha relación con las previsiones de subida de la Bolsa para este año. Los análisis raramente pronostican más del 20% de subida para el conjunto del año, lo que da una media del 1,67% mensual en el mejor de los casos, un ritmo que obliga a retirar inmediatamente cualquier beneficio por pequeño que sea.
[Wall Street cerró la sesión con un avance de 121,26 puntos (1,32%) en el Dow Jones, hasta los 9.324,58. El repunte del optimismo se debía a los buenos resultados de algunas grandes empresas].
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.