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Ignacio Sotelo sostiene que los problemas políticos nunca se resuelven militarmente

La violencia ha existido siempre; lo único que varía es la forma y el escenario. Sin embargo, la historia ha demostrado que los problemas políticos no se resuelven con respuestas militares. Ignacio Sotelo, profesor de la Universidad Libre de Berlín y analista internacional, está seguro de que la experiencia mundial es aplicable también al caso de la violencia vasca. "Nadie cree que los problemas políticos vayan a resolverse aplicando más violencia. Actualmente, el conflicto vasco sólo admite una negociación política", asegura.

El Instituto de Estudios sobre el Desarrollo y la Economía Internacional, Hegoa, comenzó ayer en Bilbao unas jornadas que, a lo largo de tres días, pretenden analizar Las nuevas violencias. En un tiempo en el que pueblos enteros son masacrados y los estados no sólo son incapaces de parar la violencia, sino que en ocasiones participan en ella directamente, Hegoa busca respuestas. "Queremos analizar las causas de este resurgir de las violencias, de la desestructuración social y sus consecuencias en los sectores más vulnerables", explican responsables del instituto. Ignacio Sotelo, profesor de la Universidad Libre de Berlín, politólogo y analista internacional, no comparte, sin embargo, la existencia de nuevas y viejas violencias. En su opinión, la violencia ha estado y está siempre presente a lo largo de la historia. "En todo caso, podríamos decir que lo que marca la división es el final de la guerra fría que impedía un enfrentamiento atómico. Hoy en día, el peligro de guerra mundial es controlable. Hay una capacidad tan alta de destrucción que ya no se puede ampliar el armamento. Se ha comprobado que las respuestas militar para resolver problemas políticos son cada vez más ineficaces. Estados Unidos lo aprendió en Vietnam, la Unión Soviética en Afganistan, Rusia en Chechenia, los europeos, la OTAN lo está conociendo en Kosovo y los norteamericanos lo están viendo en Irak. Los problemas políticos cada vez se resuelven menos con respuestas militares", comentó ayer a este periódico. Este pragmatismo de las grandes potencias puede servir también para un caso tan diferente a aquellos como es el conflicto vasco. El profesor Sotelo así lo considera y estima que la situación de violencia ha dado un paso "fundamental" con la oferta de tregua de ETA. "Todo el mundo sabe que es irreversible. Nadie cree que los problemas políticos y de identificación nacional que existen se van a resolver aplicando más violencia. El hartazgo también es irreversible y la resolución debe buscarse en los órganos democráticos, aunque este tipo de conflictos es dificil de negociar. Claro que", remacha, "la negociación debe ser política. La renuncia a la violencia significa que no hay otra alternativa", argumenta Ignacio Sotelo. El analista internacional reconoce explícitamente que no quiere aludir a la posible existencia de una violencia legítima. Sin embargo, incide en que hay pueblos que aguantan tanta violencia que terminan por explotar. "La violencia como forma de actuación política no es muy positiva", concluye.

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