El PSOE acusa a Aznar de "mirar hacia otro lado" mientras España corre el riesgo de disgregarse
"España se disgrega y Aznar mira hacia otro lado". Ésta es la síntesis que el candidato José Borrell hace del debate que ayer se celebró en la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, en la que cundió la alarma más que nunca por lo que ocurre en Euskadi. El anuncio de una Asamblea de Municipios Vascos, como órgano de representación en el que el PNV ve la primera instancia real de poder autónomo, ha llevado a los socialistas a reiterar su llamamiento vehemente al Gobierno para que juntos contrapongan una alternativa al modelo nacionalista del Pacto de Lizarra.
Los socialistas recriminan al PNV haberse pasado al bloque del nacionalismo radical cuando hasta ahora le consideraban partícipe de la construcción de la España autonómica."¿De qué hablaron el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el vasco, Juan José Ibarretxe, la pasada semana? ¿Es que no hablaron de la creación de esa Asamblea de Municipios que el PNV iba a impulsar un par de días después?".
Estas preguntas, sin respuestas, las formuló ayer el candidato del PSOE, José Borrell, para indicar los dos aspectos críticos objeto de discusión en la reunión de la Ejecutiva federal. Por un lado, el PNV es el promotor de esta iniciativa, siguiendo la estrategia de HB. Por otro, el Gobierno "mira hacia otro lado" mientras tanto y continúa aceptando, cuando no recabando, el apoyo de los peneuvistas en el Parlamento de Madrid.
"Aznar mira hacia otro lado cuando, a iniciativa del PNV, se pone en marcha un proceso que puede llevar a la disgregación de España". Este grito también surgió del PSOE en diciembre y llevó consigo críticas externas y algunas incomprensiones, ya que se interpretó que apostaba por la España centralista. "Se nos dijo que nos quedábamos en el "Santiago cierra España". Y no era ni es eso. En absoluto", insistió ayer Borrell.
En su reunión, a puerta cerrada, los miembros de la Ejecutiva fueron muy duros con el Gobierno por su "pasividad" y recordaron que ni siquiera ha dado respuesta al documento que hace una semana Borrell envió a Aznar con la posición de los socialistas por si tenía a bien discutirla en persona.
Borrell no ha vuelto a pedir en público que Aznar le reciba a pesar de que los dos asuntos que le indicaba para la agenda corren prisa: la paz en el País Vasco y la posición de España ante la negociación de los fondos europeos.De este último Borrell hablará el 1 de febrero con el canciller alemán, Gerhard Schröder, y antes quería saber cuál es la posición de Aznar con el propósito de "sumar fuerzas".
También los socialistas quisieran unir sus ideas a las del Gobierno a propósito de Euskadi. Pero tampoco ven ganas en la otra parte. Ayer se lamentaron de que Aznar "no lleve la iniciativa" y parezca dispuesto a cualquier situación con tal de presentar el balance diario de que no hay tiros, según uno de ellos.
También se habló de cierta contradicción entre la Ejecutiva federal y la del País Vasco. En Madrid, a través de Alfredo Pérez Rubalcaba, se afirmó que los socialistas nunca se sentarían en la Comisión de Derechos Humanos de Vitoria si en ella está Josu Ternera, ex número dos de ETA, condenado en Francia y procesado en España, como representante de EH. Los compañeros vascos, sin embargo, no aludieron a ausentarse de ella.
Borrell trató de evitar la controversia: "Ternera es el símbolo de la vulneración de los derechos humanos que ha llenado de sangre y dolor España. Así que quien no debe estar es él".
A su vez, Alfonso Guerra afirmó ayer que "el nacionalismo vasco ha vuelto por sus fueros, al carlismo tradicional, al de siempre", y lamentó que, "tras 20 años de libertad, España se encuentre de nuevo en la encrucijada con una nueva amenaza de ruptura constitucional". Lo hizo durante la presentación de un libro elaborado por la Fundación Pablo Iglesias, que él preside, en el que se recogen las aportaciones de los socialistas en el debate constitucional y que ha compilado Luis Ortega.
Varios centenares de personas acudieron al acto, en el que Gregorio Peces Barba, ponente constitucional, apostilló: "Los vascos deben saber que la autodeterminación no cabe en la Constitución española, pero tampoco en el contexto internacional".
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